Europa enfrenta una grave crisis migratoria con cifras récord de muertes en el Mediterráneo. Las políticas de la UE se endurecen. Conoce los datos y el debate.
La crisis migratoria en las fronteras de Europa se agudiza con un aumento alarmante en el número de muertes en el Mediterráneo. Mientras la UE endurece sus políticas y forja alianzas controvertidas, las organizaciones humanitarias denuncian las consecuencias mortales.
Europa se enfrenta a una persistente y trágica crisis en sus fronteras meridionales, donde el sueño de una vida mejor para miles de migrantes y refugiados a menudo termina en tragedia. Las últimas cifras publicadas por agencias de las Naciones Unidas pintan un panorama desolador, con un número récord de llegadas irregulares y, lo que es más grave, un aumento significativo de las muertes y desapariciones en el mar Mediterráneo. Al mismo tiempo, la Unión Europea y sus estados miembros intensifican sus políticas de contención, generando un acalorado debate sobre su legalidad y su coste humano.
Cifras que alarman: el Mediterráneo como cementerio
Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hasta finales del año pasado, más de 240,800 personas llegaron de forma irregular a las costas del sur de Europa. Sin embargo, la cifra más dramática es la de las vidas perdidas: al menos 2,594 personas murieron o desaparecieron en el intento, un número considerablemente superior al del año anterior.
La situación es especialmente trágica para los más vulnerables. UNICEF estima que, durante la primera mitad del año, un promedio de 11 niños murieron o desaparecieron cada semana intentando cruzar la peligrosa ruta del Mediterráneo central. Grandes naufragios, como los ocurridos cerca de las costas de Italia en febrero y de Grecia en junio, han puesto de manifiesto las consecuencias letales del enfoque actual de la UE hacia la migración marítima.
El endurecimiento de las políticas europeas
En respuesta a la presión migratoria, la UE ha optado por un enfoque centrado en la disuasión y la externalización de sus fronteras. Esto se traduce en varias políticas controvertidas:
* Devoluciones en caliente («Pushbacks»): Organizaciones como Human Rights Watch y el Consejo de Europa han denunciado que estados miembros como Grecia, Croacia, Polonia y Bulgaria continúan realizando devoluciones sumarias e ilegales de migrantes en sus fronteras terrestres y marítimas.
* Acuerdos con terceros países: La UE ha profundizado sus alianzas con países del norte de África para que actúen como guardias fronterizos. En julio, el bloque comprometió 105 millones de euros para la gestión fronteriza de Túnez, a pesar de las graves denuncias de abusos contra migrantes subsaharianos y el discurso xenófobo de su gobierno. La Defensora del Pueblo Europeo ha abierto una investigación sobre este acuerdo.
* Complicidad en abusos: La UE también ha continuado su apoyo a la guardia costera libia, entregando embarcaciones para interceptar migrantes en el mar y devolverlos a Libia, un país donde, según la ONU, los migrantes sufren abusos que podrían constituir crímenes de lesa humanidad.
«El Parlamento Europeo pidió en julio una ‘exhaustiva’ misión de búsqueda y rescate de la UE por parte de los estados miembros y Frontex, medidas para garantizar el desembarco solo en lugares seguros.» – Informe de Human Rights Watch.
El debate interno: búsqueda y rescate vs bloqueo naval
Dentro de la propia UE, las posturas están divididas. El Parlamento Europeo ha pedido la creación de una misión de búsqueda y rescate europea integral para salvar vidas en el mar. Sin embargo, otras voces, como la de la primera ministra italiana, han llegado a solicitar un «bloqueo naval» para impedir las salidas, una idea que la Comisión Europea no ha descartado por completo en su «plan de 10 puntos para Lampedusa», presentado tras la llegada masiva de migrantes a la isla italiana en septiembre.
Mientras tanto, las organizaciones no gubernamentales que realizan labores de rescate en el Mediterráneo se enfrentan a una creciente obstrucción y criminalización por parte de algunos gobiernos europeos.
El contraste con Ucrania
La gestión de la crisis migratoria en el Mediterráneo contrasta fuertemente con la respuesta de la UE a la llegada de refugiados de Ucrania. Desde la invasión rusa, 4.2 millones de ucranianos han recibido protección temporal en la UE, un estatus que se ha extendido hasta marzo de 2025. Si bien esta acogida ha sido ampliamente elogiada, también ha puesto de relieve un doble rasero en la política migratoria europea, dependiendo del origen de quienes buscan refugio.
La crisis migratoria sigue siendo uno de los mayores desafíos sociales y políticos para Europa, atrapada entre sus obligaciones legales y humanitarias, la presión política interna y la compleja realidad geopolítica de su vecindad.


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