El conflicto va más allá de las bombas. Irán amenaza con cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del petróleo mundial. Descubre cómo esto podría afectar directamente tu bolsillo.
La verdadera arma de Irán podría no ser un misil, sino un estrecho. La amenaza de cerrar el paso de Ormuz, una arteria vital para la economía global, ha puesto a los mercados en alerta máxima. Un barril de petróleo a 130 dólares y una recesión global son escenarios posibles.
Teherán / Wall Street.- Mientras el mundo analiza el impacto militar de los bombardeos, la verdadera guerra podría librarse en el frente económico. En una medida que ha enviado ondas de choque a través de los mercados financieros globales, el Parlamento iraní ha recomendado formalmente el cierre del Estrecho de Ormuz, la arteria petrolera más importante del planeta.
La decisión final recae en el Líder Supremo, Alí Jamenei, pero la simple amenaza ha activado lo que muchos analistas llaman el «botón rojo» de la economía mundial. Este estrecho no es solo un punto en el mapa; es un arma de disrupción masiva.
Ormuz: El Talón de Aquiles de la Economía Global
El Estrecho de Ormuz, con apenas 34 kilómetros de ancho en su punto más angosto, es el cuello de botella por el que transita una porción vital del comercio energético mundial :
* Petróleo: Cerca del 20% del consumo mundial de petróleo pasa por sus aguas cada día, más de 15 millones de barriles.
* Gas Natural Licuado (GNL): Aproximadamente el 20% de las exportaciones globales de GNL, principalmente de Qatar, dependen de esta ruta.
* Dependencia Total: Países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Irak y Qatar lo utilizan para sus exportaciones. Mercados asiáticos como China, India y Japón son críticamente dependientes de su libre tránsito.
El Escenario Catastrófico: Impacto en Precios y Mercados
Un cierre, incluso temporal, tendría consecuencias económicas devastadoras, actuando como un arma asimétrica que Irán puede usar contra potencias militarmente superiores.
* Precio del Petróleo por las Nubes: Expertos de JP Morgan e ING estiman que el precio del barril de crudo podría dispararse inmediatamente entre un 30% y un 50%, superando los 100 dólares y alcanzando picos de hasta 130 dólares.
* Impacto Directo en el Consumidor: Para el ciudadano común, esto se traduciría en un aumento drástico en el precio de la gasolina. Analistas en Estados Unidos han proyectado un escenario de 7 dólares por galón.
* Efecto Dominó Recesivo: Este «shock petrolero» no se detendría en la gasolinera. Desencadenaría una cascada de efectos negativos: aumento de la inflación global, presión sobre los bancos centrales para subir las tasas de interés, encarecimiento del crédito y un freno abrupto al crecimiento económico mundial, llevando a una posible recesión.
«Cerrar el estrecho de Ormuz sería extremadamente peligroso. No sería bueno para nadie.» – Kaja Kallas, Jefa de la diplomacia de la Unión Europea.
Reacciones y Alternativas Limitadas
La comunidad internacional ha reaccionado con alarma. Funcionarios estadounidenses han calificado la amenaza como un «suicidio económico» para el propio Irán, instando a China, su principal cliente, a intervenir para evitar la catástrofe.
Aunque existen algunas rutas alternativas, como oleoductos de Arabia Saudita y EAU, su capacidad es limitada. Países como Kuwait, Qatar y Baréin no tienen ninguna otra salida viable para sus exportaciones energéticas.
La amenaza sobre Ormuz revela la profunda fragilidad de las cadenas de suministro globales y la persistente dependencia del mundo de los combustibles fósiles de una de las regiones más volátiles del planeta. La próxima jugada de Irán no se medirá en misiles, sino en su impacto en la economía de cada ciudadano.


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