Kharkiv sufre uno de los peores ataques rusos. Múltiples víctimas y destrucción masiva. La UE debate respuesta. Descubre el impacto directo en tu vida.
Kharkiv/Bruselas, 12 de junio de 2025.- La ciudad ucraniana de Kharkiv ha sido objeto de un devastador ataque ruso con misiles, bombas y drones durante la noche y la mañana, causando numerosas víctimas civiles y una amplia destrucción. Mientras tanto, líderes de la UE evalúan nuevas medidas de apoyo ante la escalada.
La segunda ciudad más grande de Ucrania, Kharkiv, ha vivido horas de terror bajo un intenso bombardeo ruso que comenzó en la madrugada y se prolongó durante la mañana de hoy, 12 de junio de 2025. Según informes de las autoridades ucranianas y testimonios de residentes, las fuerzas rusas emplearon una combinación de misiles, bombas aéreas guiadas y decenas de drones kamikaze, golpeando indiscriminadamente áreas residenciales e infraestructura civil.
El alcalde de Kharkiv, Ihor Terekhov, describió la ofensiva como «el ataque más potente» que ha sufrido la ciudad desde el inicio de la invasión a gran escala por parte de Rusia. Los servicios de emergencia trabajan sin descanso entre los escombros de edificios de apartamentos y naves industriales, rescatando a los heridos y recuperando cuerpos. Entre las víctimas se encuentran niños, incluyendo un bebé, lo que agrava la tragedia humana de este conflicto. «Intentábamos apagarlo nosotros mismos con cubos, junto con los vecinos. Luego llegaron los rescatistas… cuando el techo empezó a caer, nos sacaron», relató Alina Belous, una residente que intentaba sofocar las llamas para rescatar a una niña atrapada.
La Respuesta Ucraniana y la Justificación Rusa
Las fuerzas de defensa aérea ucranianas lograron interceptar una parte de los proyectiles lanzados por Rusia, según el Estado Mayor de Ucrania. Sin embargo, la magnitud del ataque superó las capacidades defensivas en varios puntos. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso emitió un comunicado afirmando que sus fuerzas habían llevado a cabo un «ataque nocturno contra objetivos militares ucranianos», incluyendo depósitos de municiones y talleres de ensamblaje de drones. Esta narrativa contrasta fuertemente con las evidencias de daños generalizados en zonas civiles reportadas desde Kharkiv.
La brutalidad de estos ataques subraya la determinación de Rusia de continuar su ofensiva a pesar de las condenas internacionales y las sanciones impuestas. La capacidad de Moscú para sostener operaciones de esta envergadura, más de tres años después del inicio de la invasión a gran escala, plantea serias preguntas sobre la efectividad a largo plazo de las estrategias implementadas por Occidente para frenar la maquinaria de guerra del Kremlin. ¿Están las sanciones surtiendo el efecto deseado en la capacidad militar rusa o ha encontrado Moscú formas de sortearlas? ¿Es el nivel actual de ayuda militar a Ucrania suficiente para permitirle no solo resistir sino también repeler de manera decisiva estas ofensivas? Estas son cuestiones que resuenan con fuerza en las capitales europeas.
«Para poner fin a la matanza y destrucción de Rusia, se requiere más presión sobre Moscú, así como más pasos para fortalecer a Ucrania.» – Andrii Sybiha, Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania.
El Costo Humano y la Presión sobre Europa
Más allá de las consideraciones estratégicas, cada ataque de esta naturaleza agrava una crisis humanitaria ya de por sí desoladora. Miles de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares, sumándose a los millones de desplazados internos y refugiados que ha generado esta guerra. Esta situación mantiene una presión constante sobre los servicios de emergencia en Ucrania y sobre los países europeos que han acogido a quienes huyen del conflicto.
La prolongación de la guerra y la continua necesidad de apoyo financiero, militar y humanitario a Ucrania también ponen a prueba la unidad y la resiliencia de la Unión Europea. El fantasma de la «fatiga de guerra» comienza a ser un factor en el debate público de algunos países miembros, donde los ciudadanos sienten el impacto económico del sostenido esfuerzo de ayuda. Mantener la cohesión interna frente a las diferentes sensibilidades nacionales y las presiones económicas será un desafío crucial para los líderes europeos en los próximos meses.
En un desarrollo paralelo que añade una nota de humanidad en medio del conflicto, se informó que Rusia ha devuelto los cuerpos de 1,212 soldados ucranianos como parte de un acuerdo alcanzado en conversaciones de paz en Estambul, según funcionarios de Kiev. Mientras tanto, el ejército ucraniano ha cifrado las pérdidas militares rusas en más de un millón de efectivos desde el inicio de la guerra, una cifra que, si bien debe ser atribuida a su fuente y tomada con la debida cautela, refleja la magnitud del desgaste humano en ambos bandos.
La comunidad internacional observa con alarma la escalada en Kharkiv, un sombrío recordatorio de que la paz en Ucrania sigue siendo un objetivo lejano y que las consecuencias de este conflicto continúan reverberando a nivel global.
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