sábado, diciembre 20, 2025

Infierno en Arizona: Demanda masiva contra gigante de chips TSMC

Más de 30 empleados han presentado una demanda colectiva contra el gigante de chips TSMC, acusándolo de racismo, acoso y condiciones de trabajo peligrosas en su nueva megafábrica de Arizona. Las alegaciones, que incluyen la compra de equipo de seguridad en Temu, amenazan el futuro del proyecto.

   Un escándalo de proporciones mayúsculas amenaza con descarrilar uno de los proyectos industriales más estratégicos de Estados Unidos. Una demanda colectiva contra Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor fabricante de chips del mundo, ha crecido hasta incluir a más de 30 empleados que denuncian un ambiente de trabajo tóxico, racista y peligroso en su nueva planta de miles de millones de dólares en Arizona.

   Las acusaciones son un duro golpe para un proyecto que es la piedra angular de la Ley CHIPS de EE.UU., diseñada para recuperar el liderazgo en la fabricación de semiconductores y reducir la dependencia de Asia.

   Sugerencia: Una foto de la fachada de la fábrica de TSMC en Arizona, yuxtapuesta con capturas de pantalla anónimas de las acusaciones de la demanda o el logo de Temu.

   Las acusaciones: «Estúpidos, perezosos e incompetentes»

   La demanda, presentada ante los tribunales estadounidenses, pinta un cuadro alarmante de la cultura laboral dentro de la Fab 21 de TSMC. Las principales acusaciones se centran en un patrón de discriminación sistemática contra los empleados no asiáticos.

   Según los demandantes, la gerencia de TSMC, mayoritariamente taiwanesa, mostraba una preferencia abierta por trabajadores de Taiwán y China, mientras marginaba al personal estadounidense. Las denuncias incluyen:

  •    Insultos y etiquetas despectivas: Empleados estadounidenses eran llamados repetidamente «estúpidos», «perezosos» e «incompetentes» por sus supervisores.
  •    Exclusión lingüística: Reuniones de trabajo, correos electrónicos e invitaciones cruciales se realizaban exclusivamente en mandarín, excluyendo de facto a quienes no hablaban el idioma.
  •    Contratación sesgada: Se alega que el departamento de Recursos Humanos en Taiwán enviaba candidatos taiwaneses pre-aprobados directamente a la planta de Arizona, donde eran contratados sin que las vacantes se anunciaran públicamente, limitando las oportunidades para el talento local.

   Condiciones Inseguras: El escándalo de los Arneses de Temu

   Quizás la acusación más impactante y viral es la que se refiere a la seguridad laboral. La demanda afirma que la compañía intentó comprar arneses de seguridad en Temu, el popular mercado en línea de bajo costo, en lugar de adquirirlos de proveedores industriales certificados y confiables.

   Esta denuncia se suma a otras violaciones de seguridad, como la presión de los gerentes para que los técnicos activaran sistemas químicos sin el equipo de protección personal adecuado, poniendo en riesgo sus vidas.

   «Cuando se le preguntó por qué los empleados estadounidenses estaban siendo reemplazados por taiwaneses, el director de RR.HH. supuestamente explicó que la compañía era asiática.» – Extracto de la demanda contra TSMC.

   Un choque cultural explosivo

   En el fondo, la demanda expone un choque cultural monumental entre la exigente cultura de trabajo taiwanesa y las expectativas laborales y de seguridad de Estados Unidos. Los demandantes describen un ambiente de turnos interminables, trabajo constante los fines de semana y una presión implacable para cumplir los objetivos de producción.

   Un detalle revelador es el uso del «Chenglish» (una mezcla de mandarín e inglés) por parte de los gerentes taiwaneses para tener conversaciones que los colegas estadounidenses no pudieran entender, fomentando un clima de exclusión y desconfianza.

   ¿En peligro la estrategia de Chips de EE.UU.?

   Este conflicto interno no es solo un problema de recursos humanos para TSMC; es una amenaza directa a la seguridad nacional y económica de Estados Unidos. Cualquier retraso significativo en la puesta en marcha de la fábrica de Arizona, que producirá los chips más avanzados del mundo, podría dar una ventaja crucial a sus competidores, como Samsung (que también está construyendo en EE.UU.) e Intel, el campeón nacional.

   El éxito de la Ley CHIPS no depende solo de construir fábricas, sino de operarlas eficazmente. El choque cultural en TSMC Arizona demuestra que trasplantar un modelo de producción de un continente a otro es mucho más complejo que simplemente mover maquinaria.

Paloma Franco
Paloma Franco
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