El aire en Jerusalén está cargado de tensión. En los pasillos del poder, diplomáticos y asesores saben que cada hora cuenta. El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, llega hoy para reunirse con el primer ministro Benjamín Netanyahu, en un intento por mantener con vida un acuerdo de paz frágil que pende de un hilo.
Detrás de cámaras, el expresidente Donald Trump, impulsor del pacto junto con sus aliados Steve Witkoff y Jared Kushner, sigue de cerca las negociaciones. Su mensaje fue claro: si Hamas no cumple, la tregua podría romperse “sin contemplaciones”.
Hamas incumple y reaviva la tensión en Gaza
El acuerdo establecía que Hamas debía entregar 20 rehenes vivos y 28 cuerpos de los secuestrados durante el ataque del 7 de octubre de 2023, además de rendir sus armas y destruir sus instalaciones en Gaza.
Pero la organización terrorista ha retrasado la entrega, alegando la imposibilidad de recuperar los cuerpos entre los escombros. Netanyahu no acepta esa justificación. Según fuentes israelíes, Hamas mantiene su capacidad de fuego, lo que pone en duda su compromiso real con la paz.
Los arquitectos del acuerdo luchan por mantener la tregua
El plan de paz fue diseñado con precisión diplomática. Witkoff y Kushner, enviados especiales de Trump, se reunieron con Netanyahu para evitar una nueva ofensiva militar. Su estrategia incluyó un acuerdo con Turquía para que un equipo de rescatistas ayude a recuperar los cuerpos de los rehenes, un gesto humanitario que busca mantener abierto el diálogo.
Sin embargo, la resistencia de Hamas a entregar su armamento ha generado frustración entre los mediadores de Estados Unidos, Egipto, Qatar y Turquía, quienes advierten que la paciencia de Israel podría agotarse pronto.
El dilema: paz frágil o nueva ofensiva
Netanyahu fue tajante durante su encuentro con los negociadores:
“Israel no tolerará más dilaciones”.
Fuentes del gobierno israelí confirman que el premier evalúa reactivar las operaciones militares en Gaza si no se cumplen los términos del acuerdo.
Mientras tanto, Khalil al-Hayya, uno de los líderes de Hamas, sigue resistiéndose a desmantelar la organización. Incluso ha ordenado asesinatos selectivos contra palestinos que apoyan una autoridad de transición avalada por Estados Unidos y la Liga Árabe.
El futuro de Gaza y el riesgo de una nueva guerra
El desenlace de esta crisis será decisivo para la reconstrucción de Gaza. Países como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos han condicionado su ayuda económica al desarme total de Hamas. Si el grupo no entrega sus armas, ningún fondo fluirá, y el sueño de paz volverá a convertirse en cenizas.
Trump, desde Washington, endureció su discurso:
“Vamos a erradicarlos. Si hace falta, serán erradicados”.
Una frase que refleja el endurecimiento de la postura estadounidense frente a Hamas y su aparente juego de dilación.Hoy, las conversaciones en Jerusalén y El Cairo continuarán bajo la sombra de una tregua que podría romperse en cualquier momento. No hay plazos. No hay garantías. Solo la esperanza, cada vez más tenue, de que el acuerdo de paz sobreviva al fuego cruzado político y militar.
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