La guerra total parecía un eco lejano en la región, una frase que solo se escuchaba en discursos tensos, hasta que volvió a caer con fuerza desde la voz del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Fue ayer, tras un nuevo ataque en el sur de Cisjordania reocupada, cuando la amenaza se volvió titular mundial: “completar la guerra en todos los frentes”. Las palabras no fueron casuales. Fueron una advertencia, un mensaje político y una señal inequívoca de escalada.
Todo comenzó en el cruce de Gush Etzion, una intersección que conecta Belén y Hebrón, donde un ataque con atropello y apuñalamiento dejó una persona muerta y tres heridas. Los servicios de emergencia israelíes llegaron rápido, pero no lo suficiente para evitar la tragedia. Hamas no tardó en adjudicar el acto como una “respuesta natural” a lo que considera una agresión constante de colonos israelíes y soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Ese fue el detonante del mensaje más duro del día. El primer ministro, perseguido internacionalmente por la Corte Penal Internacional, aprovechó el incidente para reforzar su narrativa: la ofensiva no se detendrá. “Se completará la guerra en todos los frentes”, declaró. La frase, repetida en medios y oficinas gubernamentales, se volvió un punto de quiebre en la conversación global.
Netanyahu endurece postura: la guerra total como estrategia política
A mitad del relato, vuelve a resonar la palabra clave: guerra total. Netanyahu prometió continuar la ofensiva hasta “consolidar la presencia en el enclave y lograr el desarme de Hamas”. Sus declaraciones llegan en uno de los momentos más violentos en Cisjordania desde octubre de 2023, cuando estalló una ola de enfrentamientos que se extendió por toda la región.
Desde entonces, según cifras de la Autoridad Nacional Palestina y fuentes de Tel Aviv, más de mil palestinos y 40 israelíes han muerto. Cada número refleja una historia rota, una familia fracturada, una vida interrumpida por un conflicto que se alimenta de heridas históricas y decisiones políticas cada vez más radicales.
En medio de esta escalada, el costo humano no deja de aumentar. En Tulkarem, un periodista de Al Jazeera recibió un disparo en la pierna mientras cubría una protesta de palestinos desplazados que exigen regresar al campamento de refugiados de Nur Shams. La Media Luna Roja logró estabilizarlo, pero el incidente se sumó a una larga lista de agresiones documentadas contra trabajadores de la prensa en zonas ocupadas.

Escalada regional: ataques en Líbano y tensiones en Gaza
La violencia no se quedó en Cisjordania. En Líbano, al menos 13 personas murieron en un ataque aéreo israelí contra Ain al Hilweh, el mayor campamento de refugiados gazatíes del país. El bombardeo ocurrió a pesar del alto el fuego pactado hace casi un año entre Israel y la milicia chií Hezbollah, lo que encendió alarmas sobre un posible colapso de acuerdos previos.
Las FDI afirmaron que la operación iba dirigida contra un “complejo militar usado por terroristas de Hamas”. La organización islamita negó las acusaciones y denunció la agresión contra “un pueblo palestino indefenso y la soberanía libanesa”.
Mientras tanto, en Gaza, otro frente se complicó. Una empresa encargada de las plantas desalinizadoras, que abastecen a casi la mitad de la población, suspendió operaciones tras la detención arbitraria de uno de sus trabajadores por parte de Hamas. Más de 70 camiones con agua quedaron paralizados, generando un riesgo inmediato para la población civil.
¿Qué significa hablar de guerra total en 2025?
La frase guerra total no es solo un recurso político; define la intención de Israel de operar simultáneamente en Gaza, Cisjordania y Líbano, abriendo la puerta a una expansión del conflicto con consecuencias impredecibles para toda la región.
La ONU, intentando frenar la escalada, propuso un plan respaldado por la visión del expresidente Donald Trump, que exige la desmilitarización y desradicalización de Gaza. Netanyahu lo apoyó públicamente, pero expertos señalan que su postura actual lo acerca más a un escenario de confrontación amplia que a uno de diálogo diplomático.
Nada indica que la tensión disminuirá pronto. Los movimientos militares, las declaraciones políticas y las tragedias humanas dibujan un panorama incierto donde cada acción genera una reacción aún más explosiva.
Al cerrar esta historia, la palabra final vuelve a ser inevitable: guerra total. Una amenaza latente que podría definir no solo el presente, sino el futuro entero de Oriente Medio.


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