El conflicto en Gaza sigue sin visos de resolución, casi dos años después del ataque de Hamás del 7 de octubre. Aunque la mayoría de la comunidad internacional y palestinos e israelíes buscan un alto al fuego, los factores políticos y estratégicos dificultan poner fin a la guerra.
Factores políticos y liderazgo
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sido criticado por prolongar la guerra por motivos políticos. Sus críticos aseguran que su continuidad en el poder depende de una postura dura frente a Hamás. La coalición gobernante incluye partidos de extrema derecha que presionan para que la ofensiva continúe hasta lograr una “victoria total”, reubicar palestinos y reconstruir asentamientos.
Netanyahu sostiene que la guerra debe continuar hasta que todos los rehenes sean liberados y Hamás sea derrotado. Cualquier acuerdo que deje al grupo armado intacto podría permitirle reconstruirse y planear futuros ataques.
Obstáculos de Hamás y negociación
Por su parte, Hamás mantiene a unos 20 rehenes y ha expresado que liberaría a la mitad restante solo a cambio de prisioneros palestinos, un alto al fuego duradero y una retirada parcial de Israel. El grupo se niega a deponer las armas o exiliarse, argumentando que entregar su arsenal dejaría a los palestinos indefensos ante la ocupación y la expansión de asentamientos.
Incluso si aceptara desarmarse, verificarlo sería complicado, ya que otros grupos podrían ocupar su lugar como resistencia armada.
Influencia internacional
Estados Unidos es un aliado clave de Israel, proporcionando armas y protección diplomática, lo que limita la presión externa sobre el país para negociar una tregua. Mientras tanto, los intentos de mediación de la ONU y otros países han tenido poco efecto frente a la política interna israelí y las demandas de Hamás.
Aunque el expresidente Donald Trump afirmó que podría haber un “final definitivo” en Gaza en pocas semanas, el escenario sigue siendo incierto. La combinación de intereses políticos, militares y estratégicos hace que la guerra sea difícil de terminar en el corto plazo.
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