El plan de paz en Gaza presentado por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una ola de críticas por parte de expertos de la ONU, quienes advirtieron que varios de sus elementos son incompatibles con la ley internacional y podrían aumentar la opresión de los palestinos en lugar de conducir a una solución duradera.

Un total de 35 expertos en derechos humanos emitieron un comunicado en el que expresan su preocupación por más de una docena de los 20 puntos del plan respaldado por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Aunque reconocen algunos aspectos positivos, como la petición de un alto al fuego permanente y la liberación de rehenes, los especialistas alertan sobre disposiciones que consideran una amenaza directa a la autodeterminación palestina.

Los aspectos positivos del plan

Los expertos de la ONU señalaron que el plan incluye propuestas que, en principio, podrían contribuir a la estabilidad regional. Entre ellas destacan:

• El cese al fuego permanente para detener la violencia en Gaza.
• La liberación rápida de rehenes, una demanda recurrente en el conflicto.
• El suministro urgente de ayuda humanitaria para la población civil.
• El compromiso de evitar desplazamientos forzados y anexiones territoriales.
• La propuesta de retirar fuerzas israelíes del enclave.

Estos elementos fueron calificados como pasos positivos hacia la reducción del sufrimiento de los civiles. Sin embargo, los expertos enfatizaron que, sin un marco de justicia y respeto a la legalidad internacional, estas medidas podrían resultar insuficientes o incluso contraproducentes.

Señalamientos de ilegalidad e imposición

El principal punto de fricción identificado por los especialistas es la creación de un organismo de transición en Gaza, presidido directamente por Donald Trump. Según el comunicado, esta medida evoca “prácticas coloniales” y representa una violación del principio de autodeterminación de los pueblos.

Además, critican que la propuesta contemple la instalación de una fuerza de estabilización internacional, que sustituiría la ocupación israelí por una ocupación encabezada por Estados Unidos. De acuerdo con los expertos, esto no liberaría a Gaza de la ocupación, sino que simplemente la reemplazaría por otra potencia extranjera.

La posibilidad de que Israel mantenga una ocupación parcial indefinida en un perímetro de seguridad dentro de Gaza fue calificada como “absolutamente inaceptable”. Según los especialistas, este punto contradice los principios básicos de la ley internacional humanitaria y prolongaría las condiciones de dominación.

Una paz que podría aumentar la opresión

Los expertos advirtieron que imponer una paz inmediata a cualquier precio, sin tener en cuenta el derecho internacional y la justicia, es una receta para la injusticia, la violencia futura y la inestabilidad. En este sentido, advirtieron que el plan de Trump corre el riesgo de consolidar un sistema de opresión estructural en lugar de construir una paz real y duradera.

Francesca Albanese, relatora especial para los derechos en el territorio palestino, enfatizó que cualquier acuerdo que ignore la autodeterminación del pueblo palestino está destinado al fracaso. Subrayó que un verdadero plan de paz debe basarse en el respeto a los derechos humanos y en la garantía de condiciones que permitan a los palestinos gobernarse a sí mismos.

El contexto del respaldo político

El apoyo del entonces primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al plan de Trump fue otro de los factores que generó polémica. Para los críticos, este respaldo refleja que la propuesta favorece los intereses de Israel y de Estados Unidos, mientras limita las posibilidades de una solución equitativa para los palestinos.

Algunos analistas internacionales coinciden en que el plan buscaba consolidar un nuevo statu quo en Gaza, más que resolver las causas profundas del conflicto. Esto explicaría la desconfianza de las comunidades palestinas y el rechazo de los expertos en derechos humanos.

Llamado a un enfoque basado en la legalidad

El grupo de expertos insistió en que cualquier iniciativa de paz en Gaza debe estar alineada con la Carta de las Naciones Unidas y los principios fundamentales del derecho internacional. Solo así puede garantizarse que no se repitan escenarios de violencia cíclica y nuevas formas de ocupación.

Asimismo, señalaron que la comunidad internacional tiene la responsabilidad de acompañar un proceso de paz que priorice la dignidad y los derechos de todos los pueblos involucrados. En este marco, recordaron que la justicia y la autodeterminación no pueden ser negociadas ni subordinadas a intereses políticos externos.

Paz o perpetuación del conflicto

El plan de paz en Gaza de Donald Trump, lejos de ser aceptado como una solución definitiva, ha sido percibido por expertos de la ONU como una propuesta que podría profundizar la opresión y la inestabilidad en la región. Si bien contempla medidas humanitarias urgentes, sus elementos más controvertidos contradicen el derecho internacional y ponen en duda la posibilidad de alcanzar una paz justa.

El desafío para la comunidad internacional es claro: cualquier acuerdo debe garantizar la autodeterminación palestina y poner fin a todas las formas de ocupación. De lo contrario, se corre el riesgo de perpetuar un ciclo de violencia e injusticia que ya ha marcado a varias generaciones.

El dilema sigue abierto: ¿se construirá una paz auténtica basada en derechos y legalidad, o se impondrá un modelo que prolongue la opresión bajo un nuevo rostro?