Estados Unidos se encuentra en máxima alerta. Según reportes del Miami Herald y The Wall Street Journal, la administración del expresidente Donald Trump estaría lista para lanzar ataques aéreos contra instalaciones militares en Venezuela vinculadas con el narcotráfico y el régimen de Nicolás Maduro.
Los ataques podrían ocurrir “en cuestión de días o incluso horas”, y tendrían como objetivo puertos, aeropuertos, bases navales y pistas aéreas controladas por el ejército venezolano, presuntamente utilizadas por el Cártel de los Soles para traficar cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos.
Escalada militar y condena internacional
La información sobre los posibles bombardeos en tierra trasciende el mismo día en que la ONU acusó a Washington de violar el derecho internacional por sus recientes ataques contra embarcaciones en el mar Caribe.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, declaró que las personas a bordo de las embarcaciones destruidas por fuerzas estadounidenses fueron víctimas de “ejecuciones extrajudiciales”.
“Estos ataques, y su creciente coste humano, son inaceptables. Estados Unidos debe ponerles fin”, exigió Türk en un comunicado que elevó la tensión diplomática global.
El portaaviones USS Gerald Ford, a las puertas de Venezuela
El poderoso portaaviones USS Gerald R. Ford, la nave insignia y más avanzada de la flota estadounidense, se encuentra actualmente en tránsito hacia el mar Caribe y podría posicionarse frente a las costas venezolanas en cuestión de horas.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció oficialmente el despliegue el 27 de octubre, argumentando que forma parte de la estrategia regional para combatir el narcotráfico y fortalecer la capacidad de intervención militar contra organizaciones criminales transnacionales.
La operación incluye una flota ampliada con buques de asalto, un submarino nuclear, destructores, aeronaves de combate F-35B y aviones de patrulla marítima P-8, ya operativos en la zona.
Se trata de la mayor movilización naval estadounidense en el Caribe desde la invasión de Panamá en 1989, una demostración de fuerza que multiplica la presión sobre Caracas.
La guerra de Trump contra el narcotráfico
En paralelo, el expresidente Trump reiteró su compromiso de “detener la entrada de drogas por tierra, mar y aire”, destacando que las operaciones recientes han destruido más de una decena de embarcaciones en el Caribe y el Pacífico.
Desde el 1 de septiembre, al menos 61 presuntos traficantes han muerto y tres sobrevivieron, según cifras del Pentágono.
Washington insiste en que estas acciones son parte de una guerra frontal contra los cárteles de la droga, aunque la ONU y varios gobiernos latinoamericanos denuncian un uso excesivo de la fuerza.
El Cártel de los Soles: el poder oculto del régimen
De acuerdo con informes del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Cártel de los Soles está integrado por altos mandos de las fuerzas armadas venezolanas que facilitan el envío de cargamentos de cocaína hacia el Caribe y Centroamérica.
Pese a las constantes negaciones del régimen de Maduro, múltiples investigaciones judiciales en Estados Unidos y América Latina lo señalan como un pilar financiero del Estado venezolano y una de las redes criminales más peligrosas del hemisferio.
La Casa Blanca ha desplegado cerca de 4.500 soldados y buques de guerra adicionales para interrumpir las rutas marítimas del narcotráfico.
Washington confirmó que varias lanchas cargadas de droga procedentes de Venezuela fueron destruidas en operaciones conjuntas en el Caribe y el Pacífico, reforzando así la presión militar y diplomática contra la dictadura de Nicolás Maduro.
Riesgo de una escalada regional
Expertos en seguridad advierten que un ataque aéreo o naval sobre territorio venezolano podría detonar una nueva crisis geopolítica en América Latina, involucrando indirectamente a Rusia, Irán y Cuba, aliados estratégicos de Caracas.
Mientras tanto, los gobiernos de la región observan con cautela la situación, conscientes de que una ofensiva estadounidense podría redefinir el equilibrio político y militar en el hemisferio.
“El objetivo no es invadir, sino neutralizar las estructuras criminales que sostienen a Maduro”, explicó un exfuncionario del Pentágono al Miami Herald.Por ahora, el mundo observa expectante, mientras la narcodictadura de Maduro se encuentra cada vez más acorralada y Estados Unidos prepara el golpe más contundente de las últimas décadas en el Caribe.


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