Las urnas argentinas se abren bajo una tensión que refleja mucho más que una elección: el futuro del proyecto ultraliberal de Javier Milei. En medio de una crisis económica y social sin precedentes, el país sudamericano se enfrenta a una jornada que podría redefinir su equilibrio político y determinar si el mandatario podrá sostener sus reformas.
Un voto entre la esperanza y el miedo
Desde muy temprano, las filas en los centros de votación mostraron una mezcla de incertidumbre y determinación. Milei, fiel a su estilo provocador, acudió con su clásica campera de cuero y sin declaraciones. Pero el clima en la calle habla por sí mismo: hay tanto cansancio como expectativa.
“Sin Congreso no se puede gobernar”, comenta Adriana Cotoneo, una jubilada que votó por el oficialismo sin convicción, pero con el deseo de evitar el regreso del peronismo. En contraste, Mariana Menéndez, empleada de salud pública, expresó frustración tras el despido de compañeros: “Este gobierno solo favorece a los poderosos”.
Ambos testimonios reflejan el dilema central del país: continuar con un plan económico que promete estabilidad a largo plazo, o frenar las políticas de ajuste que ya han afectado a millones de argentinos.
Milei frente al Congreso: la batalla por el poder
La Libertad Avanza (LLA), el partido del presidente, necesita ampliar su representación parlamentaria para aprobar las reformas estructurales que definirán la segunda mitad del mandato. Actualmente, cuenta con solo 37 de los 257 diputados y seis de los 72 senadores, por lo que el desafío es monumental.
Un resultado ajustado podría abrir un periodo de disputas políticas y mediáticas.
“No es tan fácil interpretar esta elección de forma unívoca”, advierte el politólogo Gabriel Vommaro.
Crisis económica y apoyo extranjero
La economía argentina sigue siendo el gran talón de Aquiles. Si bien Milei logró reducir la inflación, lo hizo al costo de despidos masivos, caída del consumo e industrias paralizadas. Además, su política de austeridad ha generado recortes en salud y educación, lo que provocó protestas multitudinarias y represión policial.
Para evitar una nueva corrida cambiaria, el mandatario obtuvo un respaldo financiero inédito de Estados Unidos, impulsado por Donald Trump, quien prometió hasta 40 mil millones de dólares en apoyo. Sin embargo, la ayuda está condicionada al resultado electoral y a la capacidad de Milei para mantener el rumbo de sus reformas.
El riesgo de un “Vietnam financiero”
Economistas advierten que Washington podría enfrentar un “Vietnam financiero” si el plan argentino fracasa.
“El auxilio de Estados Unidos no basta para contrarrestar la incertidumbre política”, señaló Mauricio Monge, de Oxford Economics.
Mientras tanto, la tensión en Buenos Aires se mezcla con esperanza.
“Si pierde, espero que reflexione. La gente está sufriendo”, dijo el exgobernador Juan Schiaretti, candidato a diputado por Córdoba.
El cierre de urnas no solo marcará un cambio en el Congreso: será el reflejo de si el pueblo argentino todavía cree en el discurso del “león” que prometió liberar la economía, o si decide ponerle freno a su rugido.
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