El dólar blue se dispara a $1,330, ampliando la brecha y la incertidumbre. Descubre por qué te importa y qué factores impulsan esta suba que desafía al Gobierno
En una jornada de alta tensión financiera, el dólar blue escaló sin control hasta los $1,330, rompiendo una barrera psicológica clave. Esta suba no solo refleja la desconfianza del mercado, sino que impacta directamente en el poder de compra de todos los argentinos .
La economía argentina vivió este lunes una jornada de extrema volatilidad que encendió todas las alarmas. El dólar blue, termómetro real del humor social y económico, registró una fuerte suba de 25 pesos en un solo día, para cerrar en un nuevo máximo de $1,330 para la venta . Este salto del 1.9% no es solo una cifra en una pizarra; es la ruptura de una barrera psicológica y una señal inequívoca de la creciente incertidumbre que atraviesa el país .
Con un dólar mayorista que también avanzó hasta los $1,290, la brecha cambiaria se amplió al 3.1% . Este indicador es crucial, ya que mide la distancia entre el valor oficial de la divisa y el que los ciudadanos están dispuestos a pagar en el mercado informal, reflejando el nivel de desconfianza en la moneda local y en las políticas económicas.
El Referéndum del Dólar: Más Allá de la Inflación
Esta escalada del dólar blue presenta una paradoja que define el momento actual de Argentina. Ocurre en un contexto donde el gobierno del presidente Javier Milei exhibe como su principal logro una drástica reducción de la inflación, que pasó de picos mensuales del 25% a un 1.6% en junio. Sin embargo, mientras la macroeconomía parece mostrar signos de estabilización, el indicador más sensible para el ciudadano común —el precio del dólar— se dispara.
Este fenómeno sugiere que el mercado y la gente de a pie no solo reaccionan a la inflación pasada, sino que se anticipan a la incertidumbre futura. La suba del dólar blue se ha convertido en una suerte de referéndum en tiempo real sobre la sostenibilidad social y política del drástico plan de ajuste del gobierno.
La «motosierra» y la desregulación masiva, si bien han logrado frenar la suba de precios, también han generado un clima de inestabilidad y dudas sobre el futuro inmediato. Los argentinos no compran dólares únicamente para protegerse de la inflación, sino como un refugio ante la posibilidad de conflictividad social, cambios abruptos en las reglas de juego o el temor de que el ajuste económico sea socialmente insostenible. Cada peso que sube el blue es un voto de desconfianza, no necesariamente en la capacidad del gobierno para bajar la inflación, sino en su habilidad para gestionar las consecuencias sociales de su método.
«Un dólar entre $1.600 y $2.000 permitiría levantar el cepo a las empresas». – Alejandro Vanoli, ex presidente del BCRA, reflejando las presiones subyacentes en el mercado.
¿Qué Impulsa la Escalada?
Varios factores técnicos y de mercado explican la presión sobre el tipo de cambio. Analistas señalan que el gobierno ha intentado defender el techo de los $1,300 mediante la venta de futuros de dólar y el aumento de las tasas de interés, pero la demanda ha superado estas intervenciones .
Más preocupante aún es la perspectiva a futuro. Informes recientes indican un desplome en las declaraciones juradas de exportación, lo que anticipa una menor oferta de dólares comerciales en la segunda mitad del año . Menos dólares ingresando por la vía formal significa mayor presión sobre los dólares financieros y, por ende, sobre el blue.
En este escenario, el dólar se consolida como el activo de refugio por excelencia. A pesar de que la inflación se ha moderado, el poder adquisitivo sigue golpeado y la incertidumbre política y económica lleva a los ahorristas a dolarizar sus carteras para proteger su patrimonio. La pregunta que resuena en las calles de Buenos Aires ya no es solo cuánto costará el dólar mañana, sino cuál es el costo social que el país está dispuesto a pagar para estabilizar su economía.


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