Desde su elección, Claudia Sheinbaum ha enfrentado constantes comparaciones con su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Sin embargo, su reciente participación en la Cumbre del G-20 en Río de Janeiro ha sido un punto de inflexión. Con un discurso cargado de sensibilidad social y conciencia ambiental, la presidenta mexicana dejó claro que busca un enfoque más cosmopolita para liderar al país.
Un discurso que sembró esperanza en el G-20
En la cumbre, Sheinbaum no dudó en cuestionar las prioridades globales. “¿Cómo es posible que el gasto en armas haya triplicado el crecimiento de la economía mundial en dos años?”, preguntó ante líderes como Joe Biden, Justin Trudeau y Xi Jinping. Su llamado a “sembrar paz y vida” resonó como un eco de esperanza en un contexto global marcado por conflictos y desigualdades.
Reuniones bilaterales clave: Más que diplomacia
Sheinbaum aprovechó su tiempo en el foro para fortalecer relaciones internacionales:
- Con Joe Biden, abordó migración, seguridad y economía, cruciales ante un posible segundo mandato de Donald Trump.
- Con Justin Trudeau, reafirmó el compromiso de México con el T-MEC, enviando un mensaje de estabilidad a los socios comerciales.
- Con Xi Jinping, agradeció la ayuda brindada a los damnificados de Guerrero y exploró la posibilidad de contrarrestar futuras amenazas arancelarias.
- Con Lula, Petro y Boric, delineó una visión de unidad latinoamericana con perspectiva progresista.
El reto: Hacer coincidir el discurso global con las prioridades nacionales
Aunque su participación en el G-20 mostró liderazgo y estrategia, los contrastes no tardaron en surgir. El presupuesto federal de 2025 plantea un recorte del 39% para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pasando de 70,245 millones de pesos a solo 40,370 millones. Esto contradice el énfasis de Sheinbaum en la sustentabilidad durante la cumbre.
Sembrando Vida: ¿El modelo a escalar globalmente?
El programa Sembrando Vida, diseñado para reforestar zonas rurales y apoyar a pequeños agricultores, fue propuesto por Sheinbaum como una solución replicable a nivel global. Sin embargo, si México desea liderar con el ejemplo, será necesario reforzar el financiamiento interno para evitar críticas de incongruencia.
El equilibrio entre seguridad y medio ambiente
Sheinbaum también planteó equilibrar presupuestos militares y ambientales, una idea que, aunque ambiciosa, podría tener impacto si se implementa localmente. Por ejemplo, una reducción del 1% en el gasto militar mexicano podría redirigir recursos para combatir la pobreza y proteger el medio ambiente.
El desafío de gobernar con visión global y acción local
Claudia Sheinbaum ha demostrado que su estilo de gobernar no será una copia del pasado. Su reto ahora será trasladar el protagonismo internacional a políticas que mejoren la vida diaria de las y los mexicanos, sin perder de vista las demandas globales que ella misma ha planteado.
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