Catar y Egipto anunciaron este viernes que continúan sus esfuerzos diplomáticos para mediar un alto al fuego en Gaza, pese al reconocimiento de Estados Unidos sobre el estancamiento de las negociaciones indirectas entre Israel y el grupo palestino Hamas.
A través de un comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar, ambos gobiernos señalaron que siguen involucrados en «intensos esfuerzos de mediación», aunque reconocieron que las negociaciones son «complejas» y enfrentan múltiples obstáculos.
Las declaraciones se produjeron horas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmara que el movimiento islamista Hamas no tiene interés en alcanzar un acuerdo de paz. «Creo que quieren morir. Y es muy, muy grave», dijo Trump a reporteros antes de partir hacia Escocia. “Ahora estamos con los últimos rehenes, y ellos saben lo que pasa después. Básicamente por eso no querían llegar a un acuerdo”, aseguró.
Netanyahu busca alternativas y Hamas acusa a EU de parcialidad
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también reaccionó al aparente fracaso de las conversaciones, afirmando que Israel está “estudiando otras opciones” para liberar a los rehenes y “poner fin al régimen terrorista de Hamas”. Sin ofrecer detalles, Netanyahu dejó entrever que podrían tomarse medidas unilaterales para resolver el conflicto.
En respuesta, Hamas acusó al enviado estadounidense para el conflicto, Steve Witkoff, de distorsionar los hechos y alinear la postura de Washington con la narrativa israelí. A través de un comunicado, el movimiento islamista dijo que Estados Unidos “está tergiversando la realidad” para justificar las acciones del gobierno israelí.
Escenario incierto en el conflicto
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con un alto número de víctimas civiles y sin señales inmediatas de una tregua. Aunque Catar y Egipto mantienen canales abiertos con ambas partes, las diferencias estratégicas y políticas entre los actores involucrados han frenado cualquier avance concreto hacia el cese al fuego.
El conflicto, que se intensificó tras los ataques de octubre, continúa generando presión internacional sobre todas las partes, mientras las gestiones diplomáticas intentan evitar una nueva escalada militar en la región.
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