Un barco pesquero chino encalló el sábado 7 de junio cerca de la isla Pag-asa (Thitu), ocupada por Filipinas en el disputado Mar de China Meridional, debido al mal tiempo. Fuerzas filipinas se movilizaron para ofrecer ayuda, aunque el buque fue posteriormente reflotado, presuntamente por otras embarcaciones chinas, generando preocupación regional.
El suceso, atribuido inicialmente a las adversas condiciones meteorológicas, activó las alertas de las fuerzas filipinas estacionadas en la isla, la más grande de las nueve que Filipinas ocupa en el archipiélago de las Spratly.
Respuesta filipina y adherencia al derecho internacional
Según funcionarios militares filipinos, al percatarse del encallamiento del buque chino, personal militar y de la guardia costera filipina se preparó para brindar asistencia, en cumplimiento del derecho marítimo internacional que obliga a socorrer a embarcaciones en peligro. El coronel Xerxes Trinidad, portavoz de las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP), declaró: «La alerta de nuestras tropas siempre está ahí. Pero cuando vieron que había ocurrido un probable accidente, intentamos brindar asistencia como profesionales de acuerdo con el derecho internacional sobre la ayuda a embarcaciones en dificultades en el mar».
Sin embargo, antes de que las fuerzas filipinas pudieran intervenir directamente, se observó que el barco había sido reflotado. La capitana Ellaine Rose Collado, portavoz del Comando Occidental de las AFP, indicó que no se disponía de detalles inmediatos sobre posibles heridos entre la tripulación china o daños en la nave.
Versiones contradictorias y preocupación local
La forma en que el barco fue liberado ha generado versiones encontradas y aumentado la inquietud. Mientras algunas fuentes oficiales filipinas sugirieron que la nave se liberó por sus propios medios , residentes de Pag-asa, citados por el concejal local Maurice Phillip Albayda, afirmaron que otros dos barcos pesqueros chinos remolcaron al buque encallado para alejarlo del arrecife.
«Se preocuparon porque los chinos estaban muy cerca, pero realmente fueron el fuerte viento y las olas los que hicieron que el barco encallara,» declaró MP Albayda, funcionario local filipino, añadiendo que otros barcos chinos retiraron el buque afectado.
Este detalle es significativo, ya que la presencia y operación coordinada de múltiples embarcaciones chinas tan cerca de un territorio ocupado por Filipinas intensifica la preocupación. El barco siniestrado, según descripciones de militares filipinos, se asemejaba a los que han sido identificados repetidamente como presuntos buques de la milicia marítima china. Estas embarcaciones han sido acusadas por Filipinas y otros observadores de respaldar a la guardia costera y la armada chinas en acciones de bloqueo y hostigamiento contra buques filipinos en aguas disputadas, una vía marítima crucial para el comercio mundial.
Un incidente con ecos del pasado y potencial de escalamiento
La preocupación de los habitantes de Pag-asa y de algunos analistas no es infundada. El concejal Albayda y un experto en asuntos marítimos del Pacífico Occidental advirtieron que este tipo de incidentes, especialmente si se percibieran como escenificados, podrían ser utilizados por China como pretexto para una mayor presencia o incluso para establecer un puesto de avanzada permanente. Se recordó el precedente de Mischief Reef en la década de 1990, donde un incidente similar sirvió a Pekín para consolidar su control sobre el arrecife, transformándolo posteriormente en una instalación militarizada.
La isla Thitu/Pag-asa es la más grande de las nueve islas e islotes ocupados por Filipinas en el Mar de China Meridional y alberga una comunidad pesquera y fuerzas filipinas. Se encuentra a unos 26 kilómetros del arrecife Subi, uno de los siete arrecifes que China ha convertido en bases insulares militarizadas para reforzar su reclamación sobre la práctica totalidad del Mar de China Meridional.
Este incidente, aunque resuelto sin confrontación directa, subraya la fragilidad de la situación en una de las zonas más calientes del planeta. La posibilidad de un error de cálculo o una mala interpretación de las acciones de la contraparte podría desencadenar una escalada con implicaciones regionales e internacionales. Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán también están involucrados en estas prolongadas disputas territoriales. Estados Unidos, que no reclama soberanía sobre estas aguas pero aboga por la libertad de navegación, ha advertido repetidamente que está obligado por tratado a defender a Filipinas en caso de un ataque armado, incluso en el Mar de China Meridional.
Las autoridades filipinas han indicado que continuarán monitoreando la situación de cerca. Hasta el momento, no ha habido una declaración oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de China sobre el incidente específico. Tampoco ha habido reacciones oficiales inmediatas de la ASEAN como bloque, aunque la organización ha reafirmado consistentemente su compromiso con la resolución pacífica de disputas en el Mar de China Meridional y la importancia de la autodisciplina para evitar la escalada.


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