En un Estados Unidos cada vez más diverso y polarizado, las comunidades afroamericanas e indias han logrado avances significativos en política, migración y derechos humanos. Mientras tanto, los mexicoamericanos, a pesar de ser el grupo de inmigrantes más grande, enfrentan el reto de construir alianzas estratégicas y consolidar su influencia.
Afroamericanos: de los márgenes al poder político
El ascenso de líderes afroamericanos en la política de Estados Unidos ha sido notable. Desde Barack Obama, el primer presidente afroamericano, hasta figuras como Kamala Harris, la primera vicepresidenta con ascendencia afro e india, esta comunidad ha capitalizado su historia de lucha para consolidar una posición de poder.
Sin embargo, la relación entre afroamericanos y mexicoamericanos ha sido limitada. Aunque ambos grupos comparten historias de marginación, no han trabajado juntos de manera efectiva para defender derechos humanos ni influir en las políticas de migración. Esta falta de colaboración ha dejado a los mexicoamericanos sin aliados clave en momentos críticos, como en la lucha contra la deportación masiva.
Indios estadounidenses: una comunidad en ascenso
Con apenas 4.8 millones de personas en Estados Unidos, los indios han logrado una influencia política desproporcionada gracias a su enfoque estratégico. Nikki Haley y Vivek Ramaswamy, ambos de ascendencia india, han competido por la presidencia, mientras que figuras como Kamala Harris y el congresista Ami Bera lideran en diversos frentes.
En contraste, los mexicoamericanos, aunque mucho más numerosos, no han logrado aprovechar su potencial político. Esta desconexión es evidente en la falta de alianzas con líderes indios que comparten espacios clave de decisión en temas como comercio y seguridad.
Lecciones pendientes: ¿por qué los mexicoamericanos no avanzan igual?
A pesar de ser la comunidad latina más grande en Estados Unidos, los mexicoamericanos enfrentan desafíos estructurales que frenan su avance político:
- Falta de alianzas estratégicas: No se ha priorizado la construcción de relaciones con líderes afroamericanos e indios, lo que limita el alcance de sus demandas.
- Divisiones internas: La comunidad mexicoamericana no siempre actúa como un bloque unificado, lo que reduce su impacto electoral.
- Subrepresentación política: A diferencia de otras comunidades, los mexicoamericanos no han logrado posicionar a líderes en puestos clave de poder.
Un llamado urgente: construir alianzas para 2025
La relación México-Estados Unidos enfrentará grandes retos en 2025 con el regreso de Donald Trump a la presidencia. Esto requerirá esfuerzos coordinados entre México y su diáspora para garantizar la protección de los migrantes, fortalecer la seguridad fronteriza y ampliar el cabildeo político.
Los mexicoamericanos no pueden enfrentar este desafío solos. Es fundamental establecer puentes con las comunidades afroamericana e india, aprovechando su influencia política para avanzar en temas compartidos como la migración, el comercio y los derechos civiles.
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