Diciembre es, para muchas personas, el mes más complicado del año en términos de finanzas. Entre posadas, regalos, viajes, cenas y compromisos sociales, los gastos se acumulan rápido y, casi sin darnos cuenta, el presupuesto se desborda. El problema no es celebrar, sino hacerlo sin planeación.
Uno de los errores más frecuentes es gastar más de lo que realmente se tiene. Muchas personas toman decisiones basadas en ingresos futuros, como el aguinaldo o bonos, sin considerar que ese dinero ya suele tener destino. Esto provoca que enero llegue con cuentas vacías y tarjetas saturadas.
Otro tropiezo común es usar la tarjeta de crédito como si fuera dinero extra. Al diferir compras sin una estrategia clara, los pagos se alargan durante meses y se acumulan intereses. Lo que parecía una compra pequeña en diciembre se convierte en una carga constante en el primer trimestre del año.
También está el error de no llevar un registro de gastos. En diciembre, los pagos pequeños se multiplican en forma decafés, antojos, intercambios, regalos de último momento. Al no anotarlos, se pierde el control y el dinero se va en cosas que ni siquiera se recuerdan después.
Hay que poner límites en las finanzas
La asesora financiera Mariana Cordero señala que diciembre no es el problema, sino la falta de límites. “El error más grande es no poner un tope claro al gasto. Cuando no hay números visibles, el dinero se va por impulso y emoción”, explica.
Otro fallo frecuente es querer quedar bien con todos. Comprar regalos por compromiso, gastar más de lo planeado o decir “sí” a todos los eventos genera presión financiera innecesaria. “Celebrar no debería significar endeudarse para agradar a otros”, afirma la experta.
Muchas personas también olvidan anticipar los gastos de enero. Pagos anuales, colegiaturas, servicios y ajustes de precios llegan justo después de las fiestas. Gastar todo en diciembre sin dejar un colchón es una receta segura para empezar el año con estrés.
Está además el error de no aprovechar lo que ya se tiene. Comprar decoración nueva, ropa para cada evento o regalos costosos, cuando se podrían reutilizar o ajustar opciones más sencillas, incrementa el gasto sin aportar un valor real.
Mariana Cordero insiste en que “diciembre debería ser un mes de conciencia, no de culpa”. Asegura que no se trata de eliminar celebraciones, sino de elegirlas con intención y equilibrio.
Evitar estos errores no requiere conocimientos financieros avanzados. Basta con hacer pausas, revisar números y recordar que las fiestas duran unos días, pero las deudas pueden durar meses.
Cerrar diciembre con orden financiero es posible. Y hacerlo marca una gran diferencia en cómo se vive el inicio del año.
ALGUNAS RECOMENDACIONES SENCILLAS
• Define un presupuesto claro para diciembre y respétalo.
• Usa la tarjeta de crédito con estrategia, no por impulso.
• Anota todos tus gastos, incluso los pequeños.
• Prioriza celebraciones y aprende a decir que no.
• Deja dinero apartado para los gastos de enero.
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