Yucatán brilla en la región del sur-sureste del país al registrar crecimiento económico tanto en el primer trimestre de 2025 como respecto al mismo periodo del año anterior, según el más reciente informe del INEGI sobre el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE). Mientras muchas entidades enfrentan dificultades, la economía yucateca avanzó un 0.6% respecto al cuarto trimestre de 2024 y alcanzó un crecimiento anual de 2.1% en comparación con el primer trimestre de 2024.
Durante años, Yucatán ha mantenido una evolución moderada pero constante. Actualmente es una economía que representa cerca del 1.5% del PIB nacional, según datos recientes, y ha logrado mantener un balance entre los sectores primario, secundario y terciario. El crecimiento de 2.1% en el periodo anual muestra que su modelo productivo ha funcionado mejor que el de otros estados de la misma región.
Este avance se produce en un panorama nacional donde muchas entidades del sureste reportaron caídas importantes, lo cual convierte a Yucatán en un caso exitoso de estabilidad económica regional.
Factores que impulsan el dinamismo yucateco
Aunque el ITAEE no desglosa causas específicas por entidad, varios elementos explican el desempeño de Yucatán. Entre ellos destaca la diversificación económica, con un papel más equilibrado del comercio al por mayor, la industria y los servicios, temas en los que se basa la actividad económica estatal.
El sector de comercio mayorista representa aproximadamente el 14.8% de la economía estatal, un peso relevante que refleja la importancia de Yucatán como centro logístico y distribuidor regional, tanto para productos agropecuarios como manufacturados. Además, el estado ha impulsado la construcción de parques industriales y la atracción de inversiones en cadena productiva, fortalecido por políticas estatales dirigidas a la generación de empleo formal.
Aunque no se ofrecen datos detallados de Yucatán por tipo de actividad en el boletín de ITAEE del primer trimestre de 2025, comparativamente se sabe que las variaciones anuales en las actividades secundarias y terciarias fueron clave para el avance general del estado. En el documento general del ITAEE, Yucatán destaca con variaciones positivas en actividades secundarias, como manufacturas y construcción, así como contribuciones relevantes en el sector servicios.
Esa estabilidad contrasta con la volatilidad que han mostrado estados como Quintana Roo y Campeche, cuyos retrocesos en actividades secundarias y terciarias arrastraron la evolución total. En cambio, Yucatán parece haber mantenido un equilibrio más saludable entre sus sectores productivos.
Impactos en la vida cotidiana y el empleo
Para el ciudadano común, los efectos de este crecimiento se traducen en oportunidades más estables y salarios que no se ven erosionados por la pérdida de empleo masiva. En ciudades como Mérida, Umán y Valladolid, empresarios locales han reportado mantenimiento en la contratación y una demanda algo más fluida en comercios y servicios.
En barrios populares, los efectos del crecimiento se reflejan en menor presión para cerrar negocios pequeños, descenso en tasas de desempleo y una mayor circulación de efectivo localmente. Las amas de casa y trabajadores informales perciben menos interrupciones en su actividad cotidiana, aunque reconocen que el incremento del costo de vida obliga aún a ajustes en el consumo.
Desafíos que aún permanecen
Aun cuando el resultado es positivo, el margen de crecimiento es moderado. El avance de 0.6% trimestral y 2.1% anual está por debajo del objetivo de crecimiento nacional recomendado por instituciones como el Consejo Coordinador Empresarial, que sugiere una tasa mínima de 4.5% anual para reactivar plenamente la economía.
Además, sectores como el turismo, que representan una parte importante de la economía nacional y regional, aún no logran una recuperación robusta. Aunque Yucatán no depende tan directamente del turismo internacional como otros estados del sureste, la actividad cultural, gastronómica, artesanal y los parques arqueológicos siguen siendo elementos clave. Requieren promoción constante y condiciones de seguridad para mantener su atractivo.
El reto para Yucatán es consolidar fuentes de inversión local y externa, diversificar aún más su estructura productiva y mejorar salarios sin perder competitividad.
En trimestres anteriores, el estado mostró tasas de crecimiento anual promedio del 1.8% entre 2019 y 2024, y se aceleró durante los dos últimos trimestres hasta un promedio de 2.75%. Estos incrementos reflejan un impulso sostenido, aunque aún insuficiente para equiparar al estado con otras entidades que crecen por encima de 5%.
El ITAEE del primer trimestre de 2025 reafirma esta tendencia positiva, consolidando a Yucatán como uno de los pocos estados del sur-sureste que logra evitar caídas en la actividad económica.
El siguiente reporte del ITAEE, previsto para octubre, será clave para conocer si la tendencia favorable se mantiene o si surgen signos de desaceleración. La meta para Yucatán es mantener tasas cercanas al 2% o superiores, idealmente alineadas con proyecciones nacionales de crecimiento moderado.
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