El pasado 19 de enero, un ataque armado en el sector Los Ángeles de Culiacán dejó una profunda herida en la sociedad sinaloense. Entre las víctimas estaba Alexander, un niño de 9 años que luchó por su vida en el Hospital Pediátrico de Sinaloa hasta el martes 21, cuando finalmente falleció debido a heridas graves en tórax y abdomen.
La tragedia no solo afectó al pequeño Alexander, sino que también cobró la vida de su hermano Gael Antonio, de 12 años, y su padre Antonio de Jesús Sarmiento. A tres días del incidente, los responsables siguen sin ser identificados, mientras la sociedad exige justicia.
Una comunidad de luto
La noticia de la muerte de Alexander ha sacudido a la comunidad educativa de Sinaloa. La escuela primaria Sócrates, donde el menor estudiaba, suspendió clases en señal de duelo. En una esquela difundida por el plantel, expresaron:
«Lamentamos profundamente la pérdida de nuestro querido alumno Alexander Sarmiento Ruiz. Nuestras condolencias para su familia en estos momentos de dolor.»
Por su parte, la secundaria Jesusita Neda, donde estudiaba su hermano Gael, rindió un homenaje póstumo. El impacto de este ataque ha generado muestras de solidaridad y un profundo llamado a frenar la violencia que aqueja la región.
¿Qué ocurrió en el sector Los Ángeles?
El ataque tuvo lugar en la madrugada del domingo 19 de enero. Alexander, su padre y otros dos menores viajaban en un Toyota Yaris gris cuando fueron interceptados por sujetos armados. De manera preliminar, se indicó que pudo tratarse de un intento de asalto que derivó en una persecución.
El padre de los niños murió en el lugar, mientras que Gael y Alexander fueron trasladados a hospitales. A pesar de los esfuerzos médicos, Gael perdió la vida ese mismo día, y Alexander falleció dos días después.
Reacciones y acciones legales
La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de Sinaloa inició una investigación de oficio para esclarecer los hechos. Sin embargo, hasta ahora no se ha reportado la captura de los agresores.
Mientras tanto, la sociedad sinaloense exige justicia y un alto a la violencia que cobra vidas inocentes. “No podemos seguir viviendo con este nivel de inseguridad”, mencionó un habitante durante un homenaje comunitario.
La urgencia de frenar la violencia
Este ataque no solo expone la fragilidad de la seguridad en Sinaloa, sino que también refleja el impacto devastador de la violencia en las familias. Alexander, con apenas 9 años, es un símbolo de los inocentes atrapados en una realidad que exige soluciones inmediatas.
La sociedad sinaloense no deja de preguntarse: ¿cuándo se detendrá esta ola de violencia?
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