Una densa capa de humo y una inquietante “lluvia de ceniza” cubrieron la ciudad de Villahermosa, producto de al menos cuatro grandes incendios de pastizales activos en los alrededores. Este fenómeno ha generado una emergencia ambiental y de salud pública, agravada por la aparente falta de sistemas de alerta de calidad del aire.
El cielo de Villahermosa se tiñó de naranja y gris. Lo que parecía ser una densa neblina matutina se reveló como una nube tóxica de humo, tan espesa que en varias zonas de la capital tabasqueña comenzó a caer ceniza del cielo. Este fenómeno, que ha alarmado a la población, es el resultado directo de múltiples incendios de pastizales que arden sin control en la periferia de la ciudad.
Cuatro focos de fuego simultáneos
El Instituto de Protección Civil del Estado de Tabasco (IPCET) informó que se combatían al menos cuatro incendios de gran magnitud en el municipio de Centro. Los focos principales se localizaron en:
- El kilómetro 12.5 de la carretera Villahermosa-Frontera.
- Las inmediaciones de la Laguna del Negro, sobre la prolongación de la avenida Francisco Javier Mina.
- La carretera Villahermosa-Macuspana, a la altura de la ranchería La Manga.
- La ranchería Benito Juárez, en el vecino municipio de Nacajuca, cuyo humo también fue arrastrado hacia la capital.
Partículas de ceniza eran visibles sobre los automóviles, banquetas y cualquier superficie al aire libre, mientras el olor a quemado penetraba en hogares y oficinas.
Una crisis de salud silenciosa
Más allá de la molestia visual y olfativa, la situación representa una grave amenaza para la salud pública. Durante las últimas semanas de julio, los residentes han reportado síntomas como ojos llorosos, congestión nasal y una sensación de opresión en el pecho.
El problema se agrava por una aparente deficiencia en la infraestructura de monitoreo ambiental. Según un reporte de Tabasco HOY, la red de monitoreo de calidad del aire en la ciudad se encuentra prácticamente inactiva, dejando a la población «respirando cenizas» sin alertas oficiales sobre los niveles de contaminación. Sensores comunitarios, sin embargo, han detectado niveles de partículas finas PM2.5 muy por encima de los 100 microgramos por metro cúbico, un nivel considerado dañino para la salud.
“Cierro las ventanas y aún así, en la mañana, todo huele a quemado”, relató un ciudadano, resumiendo la frustración de miles de habitantes que se sienten desprotegidos ante la contaminación.
Incendios Provocados: Un Problema Recurrente
Las autoridades señalan que la gran mayoría de estos incendios no son accidentales. Tabasco ha registrado más de 850 quemas en el primer semestre de 2025, la mayoría provocadas por prácticas como la limpieza de terrenos para la agricultura, la quema de basura o actividades de caza ilegal.
Aunque Protección Civil ha enfatizado que las características de la planicie tabasqueña ayudan a que el humo se disipe rápidamente una vez sofocados los incendios, la recurrencia del problema y la falta de alertas formales han convertido la «lluvia de ceniza» en un síntoma visible de una crisis ambiental y de salud que intoxica silenciosamente a la capital del estado.
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