El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Leonardo Lomelí Vanegas, aseguró que la institución está lista para colaborar con comunidades afectadas por las recientes inundaciones en Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz. Facultades, escuelas, centros de investigación y programas de acopio universitarios se preparan para brindar apoyo en las labores de reconstrucción y asistencia.

Durante la inauguración del Quinto Congreso Nacional de Impacto Ambiental “Desafíos y estrategias en el cumplimiento de Tratados y Acuerdos Ambientales”, Lomelí expresó la solidaridad de la UNAM ante las pérdidas humanas y los daños materiales ocasionados por estos eventos climáticos extremos.

Inundaciones y desastres: una nueva normalidad climática

El rector señaló que los recientes desastres, incluyendo deslaves en Huauchinango y el anegamiento de Poza Rica, reflejan lo que denominó una nueva normalidad climática en México. Estos fenómenos, indicó, evidencian la urgencia de fortalecer la gobernanza ambiental y de garantizar el cumplimiento efectivo de tratados multilaterales, traduciendo los acuerdos existentes en políticas públicas sostenibles y justas.

Lomelí destacó la relevancia del congreso en un contexto crítico, recordando el informe Revisión de la Salud Planetaria 2025 del Instituto de Potsdam, que confirma que siete de los nueve límites planetarios han sido rebasados. Entre los indicadores preocupantes mencionó:

• Concentración de CO₂ en 423 partes por millón, muy por encima del límite seguro de 350.
• Acidificación de los océanos más allá de sus umbrales críticos.
• Bosques que cubren menos del 60% de su extensión original.
• Tasa de extinción de especies diez veces superior a lo compatible con la estabilidad ecológica.

Vulnerabilidad de México ante fenómenos extremos

El rector resaltó que México se encuentra entre los países con mayor vulnerabilidad económica frente a eventos climáticos extremos, debido a su ubicación geográfica, concentración urbana y presión sobre cuencas y zonas costeras. Según Lomelí, estos fenómenos superan la infraestructura, presupuestos y capacidades adaptativas locales, con pérdidas anuales estimadas de entre mil y 50 mil millones de dólares hacia 2050, incluso bajo escenarios de mitigación.

Por ello, enfatizó que es necesario romper el ciclo de respuesta y recuperación, adoptando una visión prospectiva y realizando inversiones sólidas en infraestructura y prevención. Además, insistió en la urgencia de implementar una política nacional de adaptación al cambio climático que vaya más allá de la reacción inmediata y genere soluciones a largo plazo.

Papel de la UNAM en la gestión ambiental y emergencias

Lomelí Vanegas señaló que la UNAM, a través de sus distintos centros, facultades e institutos, está preparada para colaborar en la asistencia inmediata y en programas de reconstrucción. La institución busca poner el conocimiento científico y los recursos universitarios al servicio de las comunidades, fortaleciendo la respuesta ante desastres y promoviendo estrategias de adaptación climática.

El rector también destacó la importancia de este congreso para analizar los desafíos del cumplimiento de tratados y acuerdos ambientales, especialmente en el marco de la actual coyuntura política y las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, donde el capítulo ambiental sigue siendo estratégico.

Compromiso con la sostenibilidad y la resiliencia

Con estas acciones, la UNAM refuerza su papel como actor clave en la construcción de resiliencia ambiental y social en México. La universidad no solo se enfoca en la atención de emergencias, sino también en la investigación y formación de políticas públicas que permitan anticipar y mitigar los efectos del cambio climático, protegiendo tanto a la población como al ecosistema nacional.