El gobierno de Donald Trump está considerando imponer nuevas restricciones a las exportaciones hacia China, que incluirían productos con software estadunidense como computadoras portátiles y motores a reacción, en respuesta a las limitaciones que Pekín ha aplicado sobre la exportación de tierras raras, informó un funcionario y tres fuentes cercanas al caso.

Estas acciones reflejan la intención de Washington de escalar su confrontación comercial con China, aunque dentro de la administración existen posturas más moderadas que favorecen un enfoque menos agresivo.

Alcance y posibles implicaciones de las restricciones

Una fuente indicó que “todo lo imaginable se fabrica con software estadunidense”, destacando el amplio impacto que tendría la medida propuesta. Aunque los funcionarios podrían anunciar las restricciones como presión política, no está claro si se implementarían de inmediato, lo que podría servir como una herramienta negociadora frente a Pekín.

El representante comercial Jamieson Greer señaló que estas restricciones buscan responder a las acciones que considera “increíblemente agresivas y desproporcionadas” de China para frenar las exportaciones de minerales de tierras raras, esenciales para la tecnología de alta gama.

Diálogo y negociación con China

A pesar de la posibilidad de imponer restricciones, Trump expresó su intención de llegar a un acuerdo comercial con China. Durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, el mandatario comentó que planteará su preocupación sobre las compras chinas de petróleo ruso en la reunión que sostendrá con el presidente chino, Xi Jinping, en Corea del Sur.

Trump añadió que también espera negociar la reanudación de las compras de soya estadounidense por parte de China, como parte de un posible acuerdo que permita equilibrar la relación comercial entre ambos países.

Reacciones y posibles escenarios

El negociador comercial estadunidense indicó que las medidas de China violan un acuerdo previo alcanzado con funcionarios estadounidenses para el suministro continuo de tierras raras, materiales estratégicos para sectores como la electrónica, defensa y energía. No obstante, Greer afirmó que todavía existe una “buena zona de aterrizaje” para que ambos países mantengan un comercio más equilibrado.

El análisis de estas restricciones llega en un contexto de tensión comercial y tecnológica, donde Estados Unidos busca proteger su liderazgo en sectores clave de alta tecnología, mientras China diversifica sus fuentes de materias primas y desarrolla su capacidad industrial interna.

Impacto en los mercados y la economía global

Expertos señalan que la implementación de restricciones podría tener efectos significativos en la cadena global de suministro, afectando tanto a empresas tecnológicas como a fabricantes de bienes estratégicos que dependen del software estadounidense y los minerales chinos. La medida también podría influir en las negociaciones comerciales futuras y en la dinámica económica entre las dos principales potencias mundiales.

Mientras tanto, la postura de Trump combina presión y negociación, buscando utilizar las restricciones como un instrumento para lograr compromisos específicos, sin cerrar por completo el comercio, lo que refleja un enfoque estratégico ante la complejidad de la relación bilateral.