Una declaración que sacude fronteras
Donald Trump ha vuelto a encender el debate sobre la relación entre Estados Unidos y México. Su reciente promesa de considerar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas no solo busca capital político en su país, sino que también deja al descubierto las contradicciones y debilidades del gobierno mexicano en su estrategia contra el crimen organizado.
El trasfondo de esta polémica no es nuevo, pero su impacto actual pone en jaque tanto la política interna como la diplomacia de México. ¿Es esta declaración una simple bravuconada o un reflejo de las fallas en la lucha contra el narcotráfico?
¿Son los cárteles terroristas según el Código Penal Mexicano?
El Código Penal Federal define el terrorismo como actos destinados a infundir miedo en la población o desestabilizar al Estado. Por este criterio, muchas acciones de los cárteles –bloqueos, ataques indiscriminados y atentados contra civiles– encajan perfectamente.
Sin embargo, en México, el reconocimiento del problema suele quedar en declaraciones ambiguas o estrategias fallidas, como la política de “abrazos, no balazos”. Mientras tanto, el crimen organizado no solo enfrenta al Estado, sino que también aterroriza a la ciudadanía con extorsiones, desplazamientos y violencia constante.
Abrazos, no balazos: una estrategia cuestionada
La postura del gobierno mexicano de atender las “causas de la violencia” en lugar de confrontar directamente al crimen organizado ha generado críticas tanto nacionales como internacionales.
- Extorsiones y secuestros: En muchas comunidades, el control de los cárteles ha desplazado al Estado de derecho.
- Bloqueos armados y masacres: Las acciones violentas de los cárteles cumplen con los criterios de actos terroristas, pero no reciben esa clasificación oficial.
Mientras tanto, figuras internacionales como Trump capitalizan estas fallas para justificar posturas más duras contra México, exponiendo la vulnerabilidad de sus políticas internas.
La diplomacia mexicana y su mensaje contradictorio
El gobierno mexicano no solo enfrenta críticas por su estrategia de seguridad, sino también por su postura internacional. La asistencia a la toma de protesta de Nicolás Maduro, por ejemplo, ha sido un gesto que alinea a México con regímenes autoritarios.
Esto no pasa desapercibido para líderes como Trump, quien utiliza estas alianzas para reforzar sus críticas hacia México, describiéndolo como un país permisivo con el narcotráfico y las violaciones a los derechos humanos.
¿Qué dice esto sobre la relación México-EE.UU.?
La relación entre México y Estados Unidos ha oscilado entre la cooperación estratégica y las tensiones ideológicas. Bajo la administración actual, se ha percibido un sacrificio de intereses nacionales en favor de agendas partidistas, lo que ha debilitado la posición de México ante las críticas externas.
- Reformas internas: Políticas como la reforma eléctrica y la eliminación de órganos autónomos generan tensiones en el marco del T-MEC.
- Seguridad fronteriza: La permisividad ante el narcotráfico fortalece los argumentos de quienes piden medidas más duras contra México.
¿El verdadero enemigo?
Aunque las declaraciones de Trump generan indignación, el verdadero problema radica en la falta de acción decidida del gobierno mexicano. La normalización de la violencia, el desmantelamiento de instituciones y una estrategia de seguridad permisiva han dado pie a que México sea un blanco fácil para críticas internacionales.
Un llamado a la acción, no a la retórica
Antes de exigir unidad contra las declaraciones de un líder extranjero, México debe enfocarse en resolver los problemas que alimentan estas críticas:
- Fortalecer las instituciones: Garantizar que las autoridades locales y federales tengan los recursos para enfrentar al crimen organizado.
- Reconocer el impacto del narcotráfico: Calificar a los cárteles como terroristas puede abrir la puerta a estrategias más efectivas.
- Priorizar la seguridad ciudadana: Enfocarse en proteger a las comunidades más afectadas por la violencia.
El reto no está en lo que dice Trump, sino en cómo México responde. Fortalecer las instituciones, aplicar la ley con rigor y recuperar el control territorial son pasos esenciales para contrarrestar tanto las amenazas internas como las críticas externas.
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