Tijuana, por años uno de los puntos más activos de la migración en el hemisferio, experimenta un cambio drástico. La presencia de migrantes ha disminuido notablemente, y los albergues de la ciudad reportan una ocupación históricamente baja, un fenómeno atribuido a las nuevas políticas migratorias de Estados Unidos y México.
Las calles de Tijuana, que durante años fueron un hervidero de historias de migrantes de todo el mundo esperando una oportunidad para cruzar a Estados Unidos, presentan hoy una cara muy distinta. La ciudad fronteriza, reconocida como uno de los pasos más transitados del hemisferio occidental, está experimentando una drástica disminución en el flujo de personas en movilidad, un fenómeno que tiene a los albergues operando muy por debajo de su capacidad.
Organizaciones civiles y encargados de refugios, que en el pasado llegaron a alojar a más de 2,000 personas, hoy reportan una ocupación de apenas 700, lo que refleja una frontera menos activa y pone en perspectiva los discursos sobre una supuesta crisis migratoria en expansión.
Las Causas del Cambio: Políticas Migratorias y Cierre de Vías
Este cambio de panorama no es casual y responde a una combinación de factores, principalmente las nuevas y más restrictivas políticas migratorias implementadas tanto por Estados Unidos como por México.
- El Fin de CBP One: La anticipada llegada de una administración más dura en Estados Unidos, con la promesa de cerrar el sistema de citas CBP One, generó una última oleada de cruces a principios de año. Este sistema, aunque criticado, era la principal vía legal para que miles de personas solicitaran asilo. Su inminente cierre dejó en el limbo a quienes esperaban en México.
- Controles Mexicanos: Paralelamente, México ha fortalecido sus propios controles migratorios en el sur y centro del país. Esto ha contenido el flujo de personas antes de que puedan llegar a la frontera norte, dispersando las rutas y dificultando el avance de las caravanas y grupos de migrantes.
El resultado es una Tijuana con menos migrantes visibles, pero no necesariamente una solución a la crisis humanitaria. Muchos han quedado varados en otras ciudades del país o han optado por rutas más peligrosas y remotas para intentar cruzar de forma irregular.
Una Realidad Compleja: De la Saturación a la Incertidumbre
Los albergues, que durante años lucharon contra la saturación, ahora enfrentan un nuevo tipo de desafío: la incertidumbre. La disminución del flujo no significa que la necesidad haya desaparecido. Las personas que aún llegan a Tijuana lo hacen en condiciones de extrema vulnerabilidad, a menudo tras haber sido víctimas de delitos en su travesía.
> «Nos dijeron que nos iban a matar si no pagábamos.» – Testimonio de migrante en Tijuana.>
La situación actual en Tijuana es un claro indicador de que las políticas de contención y restricción no detienen la migración, sino que la transforman. La desvían, la hacen más invisible y, en muchos casos, más peligrosa. Mientras la frontera parece más tranquila en la superficie, la crisis humanitaria continúa desarrollándose en las sombras, lejos de los reflectores, pero con el mismo nivel de sufrimiento y desesperación para miles de personas que solo buscan una oportunidad de una vida mejor.


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