En México, el uso de las tarjetas de crédito suele estar lleno de tropiezos. Mucha gente las utiliza como si fueran dinero extra y no como lo que realmente son: un préstamo que, tarde o temprano, hay que pagar. El resultado es que miles de familias terminan endeudadas y atrapadas en intereses que parecen no tener fin.
Un ejemplo es el de Laura, una joven de Cancún que comenzó a comprar ropa, comidas y viajes con su tarjeta, convencida de que “luego pagaría”. En pocos meses debía más del doble de su sueldo y terminó negociando con el banco para no ser boletinada en Buró de Crédito. Algo similar le pasó a Roberto, también de Cancún, que usaba su tarjeta para pagar gasolina y reparaciones del carro, pero al no cubrir el pago mínimo a tiempo, los intereses lo rebasaron y tuvo que pedir un préstamo extra para salir adelante.
¿Por qué pasa esto?
El principal problema es la falta de educación financiera. Muchos mexicanos no saben cómo funcionan los intereses, las fechas de corte o los beneficios de pagar a tiempo. Además, existe la idea equivocada de que una tarjeta de crédito es “dinero gratis” o una extensión del salario, cuando en realidad es un compromiso con el banco.
¿Debemos perderles el miedo?
Sí, pero con precaución. La tarjeta de crédito no es mala en sí misma; de hecho, puede ser una gran aliada para financiar compras, acceder a promociones a meses sin intereses o incluso generar historial crediticio. Lo importante es usarla con disciplina y entender que, si no se maneja bien, puede convertirse en una trampa costosa.
ATENTOS A ESTAS RECOMENDACIONES
- Recomendaciones para un buen uso de la tarjeta de crédito
- Paga siempre el total: evita pagar solo el mínimo; de lo contrario, los intereses crecerán como bola de nieve.
- Conoce tu fecha de corte y de pago: organiza tus gastos para no pasarte de esos plazos.
- No la uses como dinero extra: recuerda que cada compra es un préstamo que deberás liquidar pronto.
- Aprovecha promociones inteligentes: los meses sin intereses funcionan solo si realmente puedes cubrirlos.
- Lleva un registro de tus compras: anótalas o usa aplicaciones móviles para no gastar más de lo que ganas.
- Ten solo las necesarias: una o dos tarjetas bien manejadas son suficientes para la mayoría de las personas.
- No retires efectivo: hacerlo genera intereses altos desde el primer día.
- Úsala para crear historial: una tarjeta bien manejada te abrirá puertas para créditos más grandes, como un coche o una casa.


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