Tabasco enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, donde la violencia ha tomado el protagonismo. Mientras tanto, el gobernador Javier May parece más enfocado en buscar culpables que en ofrecer soluciones claras y efectivas.
La estrategia de culpar a las administraciones pasadas, incluyendo la de Adán Augusto López, no basta para atender el creciente descontento de la población. Aunque May asegura que funcionarios de seguridad y fiscalía están vinculados con grupos criminales, no se han tomado acciones contundentes para limpiar estas instituciones.
¿Vacío de poder o miedo a actuar?
La falta de liderazgo por parte del gobernador ha dejado un vacío en el estado, alimentando la incertidumbre. Si ya tiene conocimiento de los vínculos criminales dentro de las instituciones, ¿por qué no actúa? ¿Es temor a enfrentar las estructuras delictivas o una estrategia política para evitar conflictos internos?
Mientras tanto, los ciudadanos de Tabasco viven atrapados en un clima de violencia creciente. Según el Índice de Paz México 2024, la región se encuentra entre las más afectadas por delitos de alto impacto, incluyendo extorsiones y homicidios dolosos.
Otros ejemplos de inacción: una tendencia nacional
El caso de Tabasco no es único. Gobernadores de estados como Zacatecas, Michoacán y Morelos han adoptado una actitud similar: justificar su falta de acción culpando al pasado.
Sin embargo, algunos líderes han demostrado que con voluntad política y estrategias coordinadas se pueden lograr avances. Un ejemplo es Delfina Gómez, gobernadora del Estado de México, quien implementó la “Operación Enjambre” tras enfrentamientos con la Familia Michoacana. Esta operación no solo mejoró la seguridad local, sino que también limpió de corrupción las administraciones municipales involucradas.
El tiempo de las excusas ha terminado
Los líderes estatales no pueden seguir postergando soluciones. Las herramientas están disponibles: coordinación con fuerzas federales, depuración de cuerpos policiacos y estrategias integrales de seguridad son pasos necesarios que han probado ser efectivos en otras regiones.
El problema es que la mayoría de los gobernadores no llegaron a un terreno desconocido. Sabían a qué se enfrentaban, pero parecen incapaces de asumir el liderazgo necesario para enfrentar la realidad.
El caso Salgado Macedonio: ¿la política familiar como estrategia?
Mientras tanto, en Guerrero, Félix Salgado Macedonio dejó en claro sus intenciones políticas en lo que parecía ser una celebración de cumpleaños, pero que se transformó en un mitin político.
Con globos que marcaban el año “2027” y el coro de “¡Gobernador, Toro para 2027!”, Salgado Macedonio envió un mensaje directo: buscará suceder a su hija, Evelyn Salgado, en la gubernatura.
Para que esto sea posible, Evelyn tendría que dejar su cargo antes de concluir su mandato, lo que abriría la puerta a un interinato, posiblemente liderado por Beatriz Mojica, aliada cercana de los Salgado.
Esta maniobra deja entrever que los intereses políticos familiares están por encima de las prioridades del estado, lo que podría polarizar aún más la política local.
Liderazgos que Tabasco y México necesitan
La falta de acción en Tabasco refleja una crisis de liderazgo que se extiende a nivel nacional. Mientras los gobernadores buscan excusas y protegen intereses políticos, los ciudadanos enfrentan las consecuencias de su inacción.
Es momento de que los líderes estatales asuman su responsabilidad, aprendan de ejemplos exitosos y dejen de priorizar sus ambiciones personales sobre el bienestar de la población.
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