La noche del 10 de septiembre quedará marcada en la memoria de Iztapalapa. Una pipa de gas LP, propiedad de Transportadora Silza, explotó bajo el Puente de la Concordia, en la Calzada Ignacio Zaragoza, dejando un saldo trágico de cuatro personas fallecidas y más de 90 heridos, además de daños a viviendas y vehículos en la zona.
La escena fue devastadora: sirenas, humo espeso, familias corriendo en busca de sus seres queridos. En medio de la conmoción, surgió una pregunta clave: ¿quién asumirá la responsabilidad de esta tragedia?
Silza asume su responsabilidad social y legal
A través de un comunicado, Transportadora Silza expresó su “más profundo pesar” y aseguró que acompañará a las víctimas y sus familias en este momento crítico.
“Extendemos nuestro sincero apoyo a las personas afectadas. Manifestamos nuestra preocupación por la salud de los lesionados, incluyendo a nuestro chofer”, señaló la compañía.
Tres pólizas de seguro activadas
La empresa informó que ya se activaron tres pólizas de seguro, vigentes hasta finales de 2025, para atender los daños ocasionados. Entre ellas se incluyen coberturas por responsabilidad civil, daños a terceros, daño moral y daños ecológicos.
Las aseguradoras involucradas son Chubb Seguros México, Qualitas y AXA Seguros, que se encargarán de atender a los afectados y respaldar económicamente los daños.
Colaboración con autoridades
Silza confirmó además que colabora estrechamente con las autoridades locales y federales en las investigaciones para determinar las causas de la explosión.
La empresa recalcó que su responsabilidad social y legal será asumida con total seriedad, mientras los protocolos de apoyo a las familias ya están en marcha.
Un impacto que trasciende la tragedia
La explosión en Iztapalapa no solo dejó dolor en las familias afectadas, sino también un llamado urgente a revisar los protocolos de transporte de gas en la Ciudad de México. Vecinos relatan cómo la onda expansiva dañó viviendas y autos, alterando de manera abrupta la rutina de toda la comunidad.
Mientras tanto, la solidaridad vecinal y el apoyo institucional se convierten en el eje para sobrellevar una de las tragedias urbanas más fuertes en la capital en los últimos años.
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