Un total de 78 alumnos de seis escuelas públicas en Tijuana, Baja California, resultaron intoxicados tras consumir desayunos en mal estado distribuidos por la empresa AB Alimentos Nutraséuticos Funcionales S.A. de C.V., dentro del programa gubernamental “Pancita llena, corazón contento”. El incidente ha encendido alarmas en torno a la calidad y seguridad de los alimentos que diariamente reciben miles de estudiantes en el estado.
Cómo inició la alerta en las escuelas
La primera señal de alarma ocurrió en las primarias Héroes de la Reforma y Lázaro Cárdenas, donde directivos escolares informaron a los padres que varios niños presentaban diarrea, vómito y malestar estomacal después de consumir el desayuno escolar.
De inmediato se pidió a las familias acudir por sus hijos y trasladarlos a hospitales, además de solicitar comprobantes médicos para que los gastos derivados fueran cubiertos por la empresa proveedora del servicio.
El alimento en mal estado: pollo contaminado
De acuerdo con la Secretaría de Salud estatal, el origen de la intoxicación fue el consumo de pollo en mal estado incluido en el menú del día: tacos de tinga de pollo. Los propios alumnos señalaron ese platillo como el que ingirieron antes de presentar los síntomas.
El secretario de Salud de Baja California, Adrián Medina Amarillas, confirmó que la intoxicación afectó a 78 menores, aunque un total de 669 estudiantes de 21 planteles escolares tuvieron contacto con los alimentos contaminados.
Estado de salud de los menores
Las autoridades de salud informaron que, aunque el número de afectados fue considerable, ningún caso resultó grave. La mayoría de los niños atendidos en hospitales fueron dados de alta horas después y ahora permanecen en seguimiento médico en casa.
Los primeros 40 estudiantes afectados fueron trasladados de urgencia a distintas unidades médicas tras los reportes realizados al número de emergencias 911, lo que permitió una rápida respuesta de servicios médicos y seguridad municipal.
Reacción del gobierno estatal
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, aseguró que ya se inició una investigación para determinar responsabilidades en lo ocurrido. Destacó también que la prioridad es garantizar la seguridad de los estudiantes y que se revisarán los contratos con las empresas proveedoras.
Ávila Olmeda puntualizó que, afortunadamente, la mayoría de los menores afectados se encuentra fuera de peligro y bajo supervisión médica.
El contrato con AB Alimentos Nutraséuticos
El contrato vigente con la empresa responsable establece un costo de 26 pesos por platillo, destinados a 345 mil estudiantes de educación básica en Baja California. Esto representa un gasto diario de 2 millones 267 mil pesos más IVA, de acuerdo con la licitación pública regional 32065001-001-2025, que estará en vigor durante el ciclo escolar 2025-2026.
El servicio contratado exige que los alimentos entregados a los alumnos cumplan con estándares de calidad nutricional y sanitaria, lo cual ahora está bajo cuestionamiento tras la intoxicación masiva.
Riesgos y antecedentes en programas de alimentación escolar
Los programas de alimentación en escuelas públicas buscan garantizar que los niños reciban al menos una comida balanceada al día, especialmente en zonas donde las familias enfrentan dificultades económicas. Sin embargo, los riesgos asociados a la mala manipulación de alimentos o la falta de controles sanitarios son altos y pueden desencadenar crisis como la registrada en Tijuana.
Este caso revive el debate sobre la necesidad de contar con monitoreos más estrictos, auditorías permanentes y la participación de especialistas en nutrición y salubridad para verificar que los alimentos entregados sean aptos para consumo infantil.
La importancia de reforzar la seguridad alimentaria escolar
Más allá de la responsabilidad inmediata de la empresa proveedora, este incidente plantea la necesidad de que el gobierno refuerce los mecanismos de supervisión en los contratos de alimentación escolar. La intoxicación de casi 80 menores en un solo día demuestra que los protocolos actuales son insuficientes para prevenir riesgos de salud.
La implementación de sistemas de trazabilidad de alimentos, controles de temperatura en la cadena de distribución y certificaciones sanitarias estrictas podría ser clave para garantizar que tragedias similares no se repitan.
La intoxicación de 78 alumnos en Tijuana tras consumir desayunos escolares en mal estado pone en el centro del debate la calidad y seguridad de los alimentos que se ofrecen dentro de programas gubernamentales. Aunque las autoridades han asegurado que los niños afectados ya se encuentran fuera de peligro, el caso revela graves fallas de supervisión y control sanitario en el proceso de contratación y distribución.
La investigación en curso deberá esclarecer responsabilidades y, sobre todo, impulsar cambios estructurales para que la alimentación escolar cumpla con su propósito real: nutrir y proteger la salud de los estudiantes, sin exponerlos a riesgos evitables.


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