Desde el año pasado, el sargazo ha mostrado un patrón de recale en menores cantidades en las costas del Caribe mexicano. Este comportamiento de la macroalga ha continuado durante este año y se atribuye a la influencia del fenómeno hidrometeorológico «El Niño».
El investigador del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera, Alvin Suárez, explicó que este fenómeno provocó un aumento en la temperatura del océano, lo que intensificó la presencia de huracanes en las áreas oceánicas donde el sargazo solía proliferar. Esto alteró su crecimiento en mar abierto, reduciendo su llegada masiva a las costas.
“Este año hemos visto una mayor actividad en el Mar Caribe y el Océano Atlántico por los cambios climatológicos. Ha sido un año con más huracanes que, durante su desplazamiento, los vientos alisios han modificado las corrientes marinas por donde transitaba el sargazo. Prácticamente, todos los patrones de las corrientes marinas cambian con el impacto y la fuerza de los vientos.
“A inicio de año teníamos grandes cantidades de sargazo flotando en el mar, pero poco a poco se fueron desprendiendo fragmentos que llegaron a otras costas con estas nuevas corrientes y no directamente a nuestras playas”, dijo.
Suárez comentó que, en comparación con otros años, como el 2023, cuando recalaron cerca de dos millones de toneladas de sargazo a las costas de Quintana Roo, los monitoreos satelitales de este año han demostrado que su arribo ha disminuido considerablemente.
“Sí se han registrado arribazones este año, sobre todo en la zona sur y parte del centro del estado, que por su ubicación geográfica interactúan con las corrientes más grandes, pero han sido recales mínimos en este año”.
2025: una moneda al aire
Aunque el sentido de las corrientes se modificó este año, el investigador Alvin Suárez mencionó que es difícil saber el tiempo en el que se mantendrá esta nueva configuración en los océanos, por lo que las proyecciones para el siguiente año aún son inciertas.
“Las nuevas condiciones a las que nos enfrentamos nos perfilan que los recales no serán un problema en lo que resta del año y por lo menos en los primeros meses del próximo año. Tenemos que ver si el fenómeno de El Niño se mantendrá activo o se convertirá en La Niña, lo que no es conveniente porque La Niña fue la causante de las toneladas de sargazo que llegaron”, comentó.
Agregó que el trabajo de los especialistas en los próximos meses será el monitoreo del comportamiento de las corrientes y, de no haber alteraciones, indicaría que el Caribe mexicano estará a salvo del sargazo.
“Hay modelos o datos que se pueden recopilar en campo y que nos pueden dar un ejemplo de cómo será la situación para el próximo año, pero depende mucho de las características de los cuerpos del agua. Los patrones en las corrientes que rodean al estado cambian y no son definidos instantáneamente, van cambiando con el tiempo”, explicó Suárez.
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