Sarampión en Baja California vuelve a colocarse en el centro de la atención pública luego de que autoridades de salud confirmaran 15 casos activos en la entidad, la mayoría concentrados en el municipio de Mexicali. El anuncio, realizado por la Secretaría de Salud estatal, marca un punto de inflexión en la vigilancia epidemiológica de una enfermedad que se consideraba controlada en amplias regiones del país.
El dato no es menor. El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa y su reaparición suele estar ligada a brechas en los esquemas de vacunación. En este contexto, los casos detectados en zonas agrícolas, urbanas y personal del sector salud reflejan un escenario más complejo que exige atención inmediata.
¿Dónde se concentran los casos confirmados?
De acuerdo con la información oficial, 13 de los 15 casos de sarampión corresponden a personas que residen en áreas agrícolas y urbanas de Mexicali, capital del estado. La movilidad laboral, las condiciones de vivienda y el acceso desigual a servicios médicos son factores que suelen influir en la propagación de enfermedades infecciosas.
Además, se confirmó:
- Un caso en Ensenada, correspondiente a una trabajadora del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuyo origen de contagio aún se investiga, ya que no cuenta con antecedentes de viaje fuera del municipio.
- Un caso adicional en Tecate, detectado en un anestesiólogo que labora en Tijuana y que recientemente viajó a Guadalajara, Jalisco, lo que abre la línea de investigación sobre un posible contagio externo.
El origen del brote: un antecedente clave
Los primeros indicios del actual sarampión en Baja California se remontan a noviembre de 2025, cuando se identificaron cinco casos iniciales en un núcleo familiar procedente del estado de Chiapas. Este grupo, integrado por un adulto y cuatro menores de edad, se estableció en un campo agrícola del ejido Nuevo León, en Mexicali.
Este antecedente es crucial para entender cómo los movimientos migratorios internos, combinados con esquemas de vacunación incompletos, pueden facilitar la reintroducción del virus en zonas donde ya no circulaba de forma habitual.
Por qué el sarampión sigue siendo un riesgo real
Aunque muchas personas consideran al sarampión como una enfermedad del pasado, la realidad es distinta. Se trata de un virus extremadamente contagioso que se transmite por el aire y puede permanecer activo en espacios cerrados durante horas.
Entre los principales riesgos destacan:
- Complicaciones respiratorias graves
- Afectaciones neurológicas
- Mayor peligro en niños pequeños y adultos no vacunados
Un solo caso puede desencadenar brotes si no se actúa con rapidez, lo que explica la respuesta inmediata de las autoridades sanitarias.
Qué están haciendo las autoridades de salud
El secretario de Salud de Baja California, Adrián Medina Amarillas, informó que se han activado protocolos de vigilancia epidemiológica, rastreo de contactos y reforzamiento de esquemas de vacunación en las zonas afectadas.
Las acciones incluyen:
- Identificación de contactos cercanos
- Revisión de cartillas de vacunación
- Aplicación de vacunas a población vulnerable
- Monitoreo en centros de salud y hospitales
El objetivo es contener la propagación del sarampión en Baja California antes de que se convierta en un brote mayor.
Cómo puede protegerse la población
La principal herramienta de prevención sigue siendo la vacunación. Las autoridades recomiendan verificar que niños, adolescentes y adultos cuenten con el esquema completo de la vacuna triple viral (SRP).
Otras medidas clave incluyen:
- Acudir al médico ante síntomas como fiebre, erupciones cutáneas, tos o conjuntivitis
- Evitar la automedicación
- Mantener medidas básicas de higiene
- Seguir la información oficial de la Secretaría de Salud
Sarampión en Baja California, una llamada de atención sanitaria
El aumento de casos de sarampión en Baja California no solo es un dato estadístico, sino una señal clara de que la prevención sigue siendo indispensable. La vigilancia, la vacunación y la información oportuna son las herramientas más eficaces para evitar que una enfermedad prevenible vuelva a cobrar fuerza.
En un contexto de alta movilidad poblacional, la salud pública depende tanto de las autoridades como de la participación informada de la sociedad. El control del sarampión comienza con una acción sencilla, pero decisiva: estar vacunados y atentos.


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