La despedida de Robin, un perro amado por su familia, se convirtió en una herida abierta que hoy exige justicia. Su dueña, Belén Figueroa, compartió un mensaje a través de sus redes sociales tras confirmarse que su mascota fue una de las víctimas del presunto fraude funerario cometido por la veterinaria Xibalbá en Chetumal.
“Hoy ha sido un día doloroso, el saber que nos dieron una bolsa de tierra pensando que eran tus cenizas. Eras el bebé de mamá, sabes lo importante que eres para todos nosotros”, escribió.
A tres años de su muerte, Belén relató que su familia eligió la cremación como un acto de amor, para honrarlo con dignidad y llevar sus cenizas a casa. Sin embargo, su despedida fue traicionada.
“Confiamos en que te darían el descanso que merecías. Es triste y doloroso el pensar que te tiraron como si fueras nada, te dejaron solito”, dijo.
Robin es una de las aproximadamente 150 mascotas encontradas en un lote baldío de la avenida Primo de Verdad, donde cuerpos fueron abandonados entre maleza y bolsas. La escena desató indignación y movilización social: dueños llegaron al sitio para identificar restos, mientras que la clínica fue clausurada y hasta el momento ya hay dos detenidos.
“No vamos a descansar hasta que las personas paguen lo que te hicieron a ti y a muchos angelitos. Hasta el último momento te honramos y agradecimos el tiempo compartido, parte de nuestra vida se fue contigo. Te amo, Robin”, escribió Belén.
Su publicación resume la exigencia de decenas de familias que, como ella, hoy viven un duelo que fue violentado. Hoy, su memoria encabeza un reclamo que no busca venganza, sino justicia y respeto para quienes, como Robin, fueron parte fundamental de una familia.


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