En el complejo y violento panorama del narcotráfico mexicano, algunos nombres se destacan por sus acciones y el impacto de sus operaciones. Tal es el caso de Juan Reyes Mejía González, conocido como ‘Kike’ o ‘R-1’, líder de alto rango del Cártel del Golfo (CDG) y cabeza de la facción conocida como Los Rojos. Pese a su perfil relativamente discreto, su historial criminal ha dejado una marca profunda, y el gobierno de Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de hasta cinco millones de dólares por información que lleve a su captura.
Los inicios de ‘Kike’ en el Cártel del Golfo
Las actividades criminales de Mejía González se remontan al menos hasta 2006, cuando fue identificado por la Administración de Control de Drogas (DEA) como una figura clave en la distribución de cocaína en Estados Unidos. Desde entonces, su nombre comenzó a figurar en investigaciones de narcotráfico y lavado de dinero, particularmente en ciudades como Dallas, Houston, Chicago y Atlanta.
En 2009, la DEA ya lo tenía registrado como uno de los principales operadores del CDG en Texas y como jefe de plaza en el estado mexicano de Guerrero, una posición que le permitió manejar grandes flujos de drogas hacia el norte.
El surgimiento de Los Rojos
‘Kike’ ganó notoriedad como uno de los líderes de Los Rojos, una facción del CDG surgida en 2010 tras un conflicto interno. Esta ruptura se dio cuando Jorge Eduardo Costilla Sánchez, alias ‘El Coss’, trató de excluir a los miembros leales a la familia Cárdenas Guillén. Los seguidores formaron Los Rojos, consolidándose como un grupo independiente con operaciones significativas en la frontera entre México y Estados Unidos.
Actividades criminales y acusaciones
Las investigaciones apuntan a que Mejía González supervisó el trasiego de más de dos toneladas de cocaína hacia Dallas solo en 2006, además de gestionar la distribución de narcóticos desde Sudamérica hasta México y los Estados Unidos. También se le atribuye la recolección mensual de millones de dólares en ingresos provenientes de estas actividades.
En 2012, la Corte del Distrito de Columbia presentó cargos prioritarios contra 26 miembros del Cártel del Golfo, incluido Mejía González. Entre las acusaciones destacan su rol en la logística de envíos de cocaína y marihuana a gran escala.
Recompensa millonaria por su captura
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, el paradero de ‘Kike’ sigue siendo un misterio. En la actualidad, el Departamento de Estado de Estados Unidos ofrece una recompensa de hasta cinco millones de dólares a quien proporcione información que permita su detención.
Esta cifra lo posiciona como uno de los narcotraficantes más buscados por el gobierno estadounidense, aunque su perfil mediático es menos conocido que el de otros líderes como ‘El Mencho’ del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
¿Qué sigue en la búsqueda de ‘Kike’?
La captura de Mejía González sigue siendo una prioridad para las autoridades de ambos países. Su historial y el alcance de sus operaciones lo convierten en una figura clave para desmantelar las redes del Cártel del Golfo. Sin embargo, su capacidad para operar desde las sombras ha complicado los esfuerzos por detenerlo.
Una amenaza silenciosa
Mientras otros nombres del narcotráfico dominan los titulares, personajes como ‘Kike’ representan una amenaza silenciosa pero igualmente peligrosa. Su historia demuestra cómo el crimen organizado puede extender sus raíces desde México hacia múltiples ciudades de Estados Unidos, dejando tras de sí un rastro de violencia y destrucción.
La recompensa ofrecida por su captura refleja el nivel de prioridad que su detención tiene para el gobierno de Estados Unidos, pero también subraya el desafío que enfrentan las autoridades para localizarlo.
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