En octubre de 2024, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó una nueva estrategia nacional para combatir la corrupción. Con la creación de la Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno, encabezada por Raquel Buenrostro, México inicia un camino hacia la transparencia y la ética en el servicio público.
La propuesta no solo busca sancionar, sino prevenir desde la raíz las malas prácticas, blindando programas prioritarios y modernizando los procesos gubernamentales.
La visión preventiva: blindar y formar antes de sancionar
El enfoque de la nueva Secretaría es innovador:
- Blindaje preventivo: Identificar riesgos de corrupción desde el inicio en proyectos clave, como obras públicas.
- Formación ética: Impulsar la capacitación continua de servidores públicos en valores y responsabilidad.
- Modernización administrativa: Implementar herramientas tecnológicas que reduzcan la intervención humana en procesos sensibles.
Raquel Buenrostro señaló que este modelo se apoyará en la digitalización y la supervisión transversal de todas las dependencias gubernamentales para fomentar la transparencia.
Tecnología como aliada: trazabilidad y procesos más rápidos
Uno de los pilares de esta estrategia es la implementación de tecnología avanzada en procesos administrativos, especialmente en áreas como compras públicas y gestión financiera.
Beneficios clave de la digitalización:
- Trazabilidad en tiempo real: Seguimiento de todos los actores involucrados en cada etapa de un proceso.
- Reducción de tiempos: Automatización para evitar retrasos burocráticos y posibles actos de corrupción.
- Alertas automáticas: Sistemas que detecten irregularidades y emitan avisos inmediatos a los órganos de control.
La creación de la Agencia Digital permitirá diseñar mapas de procesos más eficientes que garanticen un uso transparente de los recursos públicos.
Una transformación cultural para el servicio público
La Secretaría no solo apunta a supervisar, sino a generar un cambio profundo en la cultura del servicio público:
- Fomentar la denuncia ciudadana: Crear un ambiente de confianza para que las personas reporten irregularidades sin temor.
- Colaboración con el sector privado: Trabajar de la mano con empresas para garantizar que las contrataciones y licitaciones sean limpias.
- Ética como pilar: Reforzar los valores de integridad y responsabilidad en todos los niveles de la administración pública.
Retos y metas: hacia un gobierno más transparente
Aunque la estrategia es prometedora, el reto es enorme. La corrupción ha sido un problema estructural en México, con raíces profundas en todas las esferas gubernamentales.
Metas clave para los próximos años:
- Reducir significativamente los casos de corrupción en los programas prioritarios del gobierno.
- Lograr la aceptación y adopción de los valores éticos en todos los servidores públicos.
- Transparentar los procesos de compra y contratación a través de plataformas digitales.
El éxito de esta estrategia dependerá no solo del liderazgo de la nueva Secretaría, sino también del compromiso de todas las instituciones y de la ciudadanía.
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