El Sistema Nacional Anticorrupción: una herramienta en la mira
En 2015, el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) se erigió como una respuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto a la creciente presión ciudadana tras el escándalo de la “Casa Blanca”. Este sistema fue diseñado como un espacio de coordinación entre instituciones clave para combatir la corrupción, como la Auditoría Superior de la Federación, el INAI y la Fiscalía Anticorrupción, bajo la dirección de un Comité de Participación Ciudadana.
Hoy, en el contexto de las 18 reformas constitucionales propuestas por el Poder Ejecutivo, el artículo 113, que regula la existencia del SNA, está en proceso de cambio. Estas reformas buscan redefinir el papel de varias instituciones, incluido el Sistema Nacional Anticorrupción, lo que plantea preguntas cruciales sobre el futuro de la transparencia y la rendición de cuentas en México.
Cambios al artículo 113: ¿Qué se propone?
La reforma al artículo 113 modifica la estructura del Sistema Nacional Anticorrupción en varios aspectos fundamentales:
- Salida del INAI y del Consejo de la Judicatura Federal: Estas instituciones ya no formarían parte del Comité Coordinador del SNA, debilitando su capacidad de fiscalización.
- Ingreso del Tribunal de Disciplina Judicial: Este organismo sustituiría al Consejo de la Judicatura Federal, centralizando el poder de sanción en el ámbito judicial.
Aunque la reforma no elimina al SNA, como temían algunos analistas, sus modificaciones reflejan un cambio en las prioridades gubernamentales. Este nuevo esquema busca ajustar el papel de las instituciones en el combate a la corrupción, pero también despierta preocupaciones sobre la efectividad y la independencia del sistema.
A casi 10 años del SNA: ¿éxito o fracaso?
Desde su creación, el SNA ha enfrentado críticas por su falta de impacto visible y la escasa atención del gobierno saliente. Sin embargo, su existencia ha generado avances que merecen reconocimiento:
- Política Nacional Anticorrupción: Un marco integral para guiar las acciones en la materia.
- Plataforma Digital Nacional: Herramienta clave para transparentar las compras públicas y prevenir irregularidades.
- Impulso a los alertadores públicos: Sistemas de denuncia más confiables para detectar actos de corrupción.
- Clasificación Nacional de Responsabilidades Administrativas (INEGI): Información estructurada para identificar patrones de corrupción.
- Ética gubernamental: Propuestas para un código de conducta que eleve los estándares del servicio público.
A pesar de estos logros, el SNA ha sido percibido por muchos como una herramienta ineficaz debido a la falta de voluntad política para implementar plenamente sus mecanismos.
¿Qué significa la reforma para el combate a la corrupción?
Las modificaciones al artículo 113 y al Poder Judicial reflejan un enfoque centralizador por parte del gobierno, lo que podría tener implicaciones significativas:
- Fortalecimiento o debilitamiento: Al sacar al INAI del SNA, se pierde un aliado clave en la fiscalización y la transparencia.
- Redefinición de objetivos: La entrada del Tribunal de Disciplina Judicial puede enfocarse en sanciones específicas, pero limita el alcance preventivo del sistema.
- Continúa la operación estatal: El SNA seguirá funcionando en los estados, lo que abre la oportunidad de que los comités locales refuercen su impacto.
Hacia el 2025: un nuevo interés por combatir la corrupción
El inicio de un nuevo gobierno presenta una oportunidad para revitalizar el Sistema Nacional Anticorrupción. La lucha contra este fenómeno requiere no solo reformas legales, sino también un compromiso político y social que permita implementar medidas efectivas.
La pregunta ahora es si estas reformas impulsarán una transformación real en la lucha anticorrupción o si, como temen algunos expertos, debilitarán aún más un sistema ya cuestionado.
El SNA como motor de cambio
El combate a la corrupción es esencial para fortalecer la democracia y recuperar la confianza ciudadana en las instituciones. El Sistema Nacional Anticorrupción, pese a sus desafíos, representa una base sobre la cual construir un México más transparente y justo.
La reforma al artículo 113 no debe ser el fin del SNA, sino una oportunidad para mejorar su diseño, garantizar su independencia y asegurar que cumpla con su propósito original: combatir la corrupción en todas sus formas.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.
TE PODRÍA INTERESAR