La Copa del Mundo 2026 será un evento histórico, no solo por ser la primera edición organizada por tres países —México, Estados Unidos y Canadá—, sino también por los retos sociales y políticos que enfrenta la región. Entre ellos, destaca el papel fundamental de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, quienes sostienen sectores clave que serán vitales para el éxito del torneo.
Sin embargo, el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos pone en riesgo esta integración, con políticas antiinmigrantes que amenazan con desestabilizar la logística y el espíritu del evento.
Migrantes: el motor silencioso de la Copa del Mundo
Los migrantes mexicanos son esenciales para el funcionamiento de sectores como:
- Construcción: Encargados de la infraestructura de estadios y carreteras.
- Hotelería y servicios: Atención en hoteles, restaurantes y transporte para turistas y fanáticos.
- Agricultura: Provisión de alimentos frescos, incluyendo muchos productos básicos que consumen los visitantes.
Datos clave:
- Más de 37.3 millones de mexicanos viven en Estados Unidos.
- 36% reside en California, donde se jugarán partidos en Los Ángeles y San Francisco.
- 22% vive en Texas, con sedes en Dallas y Houston.
Sin su esfuerzo, sería imposible ofrecer la experiencia que se espera de un evento de esta magnitud.
El impacto de las políticas de Trump
Trump ha anunciado medidas radicales, incluyendo:
- Deportaciones masivas: Hasta 20 millones de indocumentados podrían ser expulsados, impactando sectores esenciales.
- Aranceles al comercio: Aumentarían los costos de productos esenciales y afectarían las relaciones bilaterales.
- Tensiones en la relación bilateral: Declaraciones y políticas que minan la confianza entre ambos países.
¿Qué significa esto para el Mundial?
- Crisis de servicios: La deportación de trabajadores migrantes podría generar una escasez de mano de obra en sectores críticos como la hotelería y la logística.
- Aumento de costos: Los consumidores estadounidenses podrían enfrentar precios más altos, desde alimentos hasta entradas a los estadios.
México: el rostro amable del Mundial 2026
En contraste, México se prepara para ser un anfitrión cálido y organizado. Ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey no solo aportarán estadios de clase mundial, sino también una hospitalidad que ha sido reconocida históricamente.
Una tradición de excelencia:
- Juegos Olímpicos de 1968: Ejemplo de organización y calidez.
- Mundiales de 1970 y 1986: Eventos inolvidables que posicionaron a México como un referente global.
Más allá del fútbol: una lección de unidad
El Mundial 2026 será una oportunidad para reconocer el valor de los migrantes mexicanos, quienes no solo sostienen muchas de las ciudades estadounidenses, sino que también representan lo mejor de la solidaridad y el esfuerzo humano.
Reflexión final:
En un mundo cada vez más dividido, la Copa del Mundo nos recuerda que el deporte tiene el poder de unir a las naciones y derribar muros.
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