México, cuna del maíz y centro de su diversidad genética, se mantiene firme en su postura contra el cultivo de maíz transgénico. En un momento clave tras un fallo negativo en el panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre el maíz transgénico, el gobierno mexicano aseguró que no permitirá el cultivo de ningún tipo de maíz modificado genéticamente. Esto no solo responde a preocupaciones medioambientales, sino a una fuerte convicción cultural y económica para salvaguardar las variedades de maíz nativo que han sido fundamentales para la historia del país.
La importancia del maíz en la cultura mexicana
El maíz tiene un significado más profundo que el de un simple alimento en México. Desde tiempos prehispánicos, esta planta ha sido el centro de cosmogonías y culturas. Los olmecas, por ejemplo, consideraban al maíz como el eje del universo. Según Julio Berdegué Sacristán, Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, la historia de México está íntimamente ligada al maíz. En sus palabras, la existencia de los primeros asentamientos humanos en el territorio mexicano fue posible gracias a la capacidad de los pueblos originarios para generar excedentes de maíz. Esta cultura y tradición perduran en cada rincón del país.
Berdegué destacó que, si bien México enfrenta desafíos derivados del cambio climático, especialmente en la agricultura, la biodiversidad del maíz criollo sigue siendo un pilar esencial para la seguridad alimentaria. Esto se debe a que las variedades de maíz que los campesinos siembran y cultivan no solo proveen alimento, sino que también mantienen viva una tradición milenaria.
La biodiversidad del maíz criollo: un patrimonio global
La biodiversidad del maíz mexicano no solo es clave para México, sino para el mundo entero. Las diferentes variedades de maíz criollo, que incluyen maíces blancos, amarillos, rojos, azules y negros, son fundamentales para el ecosistema agrícola global. Estos maíces no solo proveen los alimentos básicos, sino que son el soporte para futuros avances en la agricultura frente a retos como el cambio climático.
Cada año, los agricultores mexicanos siembran maíz, seleccionando las mazorcas que mejor se adaptan a su entorno. Este proceso de selección natural ha dado como resultado una gran diversidad genética, que es crucial para mantener la resistencia y adaptabilidad del maíz a condiciones climáticas extremas, como sequías e inundaciones. En el contexto actual de crisis climática, esta diversidad genética se vuelve más relevante que nunca, y el gobierno mexicano se ha comprometido a protegerla.
El futuro del maíz en México
La postura del gobierno federal frente al maíz transgénico ha causado tanto apoyo como controversia. Sin embargo, Julio Berdegué enfatizó que México tiene suficiente maíz blanco no transgénico para abastecer la demanda interna y que la producción nacional se garantizará, incluso frente a las dificultades climáticas. Según datos del Censo Agropecuario 2022, los pequeños productores de maíz, con superficies de entre 1 y 5 hectáreas, son responsables del 81.8% de la producción del grano. Esto significa que el maíz mexicano, producido por pequeños agricultores, sigue siendo el principal sustento de la nación.
Además, el gobierno mexicano está comprometido con la mejora de las variedades de maíz criollo, lo que permitirá enfrentar los efectos del cambio climático y asegurar el suministro. Esto se logra mediante la colaboración entre científicos, agricultores y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).
Requisitos para garantizar la soberanía alimentaria
La política de no cultivo de maíz transgénico busca no solo mantener la biodiversidad, sino también asegurar que los productores nacionales puedan mantener su capacidad de producir el grano bajo condiciones que favorezcan tanto al ambiente como a la economía local. El compromiso del gobierno federal no solo es con los agricultores, sino con la sociedad mexicana que depende del maíz para sus alimentos básicos.
En este sentido, el gobierno sigue promoviendo iniciativas que apoyen la agricultura tradicional y sostenible. Se están desarrollando proyectos de apoyo a los pequeños y medianos productores, los cuales constituyen el motor fundamental de la producción agrícola en México.
La preservación del maíz como patrimonio nacional
El maíz es mucho más que un alimento básico en México; es un símbolo cultural, histórico y ecológico. Enfrentando retos globales como el cambio climático y las presiones externas por el uso de maíz transgénico, México reafirma su compromiso de proteger su patrimonio agrícola y cultural. La protección del maíz criollo y la prohibición de los cultivos transgénicos son pasos firmes hacia un futuro en el que la biodiversidad y la seguridad alimentaria sean prioridades nacionales.
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