El próximo 10 de enero de 2025, Nicolás Maduro jurará como presidente reelecto de Venezuela ante la Asamblea Nacional, tras ser proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en los comicios del 28 de julio. Este evento ha generado controversia internacional, y México no ha sido la excepción.
En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre si asistiría personalmente a la ceremonia en Caracas. Ante esta pregunta, Sheinbaum fue contundente: “No voy a asistir. Va a ir una representación o, en su caso, el embajador de México en Venezuela”. Con esta declaración, Sheinbaum evitó tomar una postura más directa, enfocándose en mantener una política exterior basada en el respeto y la diplomacia.
La relación México-Venezuela: una línea de respeto y diplomacia
Históricamente, la relación entre México y Venezuela ha estado marcada por tensiones y acercamientos dependiendo de los gobiernos en turno. Bajo la administración de Sheinbaum, México ha seguido una política de no intervención y respeto a la soberanía de los países, alineándose con la tradición diplomática establecida por la Doctrina Estrada.
El embajador Leopoldo de Gyvés de la Cruz, quien actualmente representa a México en Venezuela, será el encargado de asistir al evento. Este movimiento subraya la intención del gobierno mexicano de mantener relaciones diplomáticas sin tomar posiciones que puedan ser vistas como apoyo directo al régimen de Maduro.
Nicolás Maduro: un mandatario rodeado de polémicas
La reelección de Nicolás Maduro ha sido objeto de críticas tanto dentro como fuera de Venezuela. Diversos organismos internacionales han cuestionado la legitimidad del proceso electoral, señalando falta de transparencia y restricciones hacia la oposición.
A pesar de ello, el gobierno mexicano ha optado por no emitir juicios públicos sobre la situación interna de Venezuela, priorizando el diálogo y la cooperación bilateral. Este enfoque refleja la postura de Sheinbaum de evitar confrontaciones internacionales y centrarse en la estabilidad regional.
¿Por qué México decidió enviar un representante?
El envío de una representación oficial a la toma de protesta de Maduro responde a dos objetivos principales:
- Mantener canales diplomáticos abiertos: México busca conservar una relación que permita el diálogo en temas prioritarios como la migración, el comercio y la estabilidad regional.
- Respetar los protocolos internacionales: La presencia del embajador mexicano en el evento refleja el cumplimiento de las normas diplomáticas establecidas entre ambos países.
Críticas y desafíos para la política exterior de México
La decisión de enviar un representante, en lugar de asistir personalmente, ha sido interpretada de diversas maneras. Mientras algunos sectores elogian la prudencia de Sheinbaum, otros critican cualquier tipo de representación en un evento relacionado con un gobierno señalado por autoritarismo.
Sin embargo, la mandataria ha dejado claro que su enfoque está en proteger los intereses de México y mantener una postura neutral que permita avanzar en temas clave para la región.
El futuro de la relación México-Venezuela
A medida que se desarrolle el mandato de Sheinbaum, la política exterior mexicana deberá equilibrar los intereses nacionales con las dinámicas internacionales. Venezuela, como uno de los actores más controversiales de la región, seguirá siendo un desafío diplomático que México deberá manejar con cautela.
Por ahora, el gobierno mexicano parece decidido a mantener una relación respetuosa con Venezuela, sin comprometer su compromiso con los derechos humanos y la democracia.
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