El 6 de enero se anunció la reducción de 8 de las 18 rutas operadas por Mexicana de Aviación, un golpe que refleja las dificultades que enfrenta la aerolínea estatal. Aunque su creación generó grandes expectativas, los resultados del primer año de operaciones no han cumplido las metas iniciales, lo que plantea dudas sobre su futuro.
El resurgimiento de Mexicana: sueños y realidades
Mexicana de Aviación, una vez la primera aerolínea de Latinoamérica, regresó bajo la gestión del Estado con la promesa de conectar al país, crear empleos y fortalecer la infraestructura aeroportuaria. Sin embargo, desde el inicio, el proyecto mostró signos de mala planeación y gestión.
Problemas desde el inicio:
- Una demanda internacional por incumplimiento de contratos de arrendamiento con SAT Aero Holdings, que resultó en una cifra cercana a los 10 millones de dólares.
- Desconexión con actores clave como el Colegio de Pilotos y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México, quienes ofrecieron apoyo técnico no tomado en cuenta.
¿Una inversión insostenible?
El costo total para operar la nueva Mexicana ha sido monumental. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas, la aerolínea ha recibido 35,367 millones de pesos del erario en solo un año.
Desglose de la inversión:
- 816 millones de pesos: Compra del nombre y marca comercial.
- 4,200 millones: Inicio de operaciones.
- 20,871 millones: Adquisición de aviones.
- 8,300 millones: Presupuesto 2024.
- 1,400 millones: Presupuesto asignado para 2025.
Un desempeño por debajo de las expectativas
A pesar de la inversión, los números de Mexicana son desalentadores:
- Factor de ocupación: Menos del 49%, lo que significa aviones medio vacíos.
- Pasajeros transportados: 382,011 en un año, apenas el 13% de la meta planteada para 2027 (3 millones).
- Operaciones realizadas: 7,217, algunas de ellas con menos de cinco pasajeros a bordo.
Estos datos confirman que el proyecto no estaba debidamente planeado, al punto de que ni siquiera figuraba en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, a diferencia de otros proyectos como el AIFA o el Tren Maya.
¿Qué llevó al recorte de rutas?
La reducción de rutas se interpreta como un intento de controlar costos y evitar mayores pérdidas. Sin embargo, esto pone en duda la viabilidad del proyecto y su capacidad para cumplir los objetivos sociales y económicos planteados.
Lecciones y un llamado a la política aeronáutica
El caso de Mexicana de Aviación evidencia la necesidad de una Política Aeronáutica de Estado que:
- Aproveche las oportunidades geográficas y de infraestructura de México.
- Promueva la participación de expertos con experiencia en el sector aeronáutico.
- Garantice la sostenibilidad financiera de los proyectos de aviación.
La aviación mexicana tiene un potencial enorme para ser una referencia global, pero requiere una estrategia integral y decisiones basadas en análisis técnicos sólidos, no en caprichos políticos.
¿Qué sigue para Mexicana de Aviación?
Con un factor de ocupación bajo y metas incumplidas, el futuro de Mexicana parece incierto. Si bien una empresa estatal no necesariamente busca ganancias económicas, debe justificar su impacto social y financiero para ser sostenible.
Preguntas clave:
- ¿Es viable mantener la operación con un costo tan alto para el presupuesto nacional?
- ¿Se tomarán decisiones basadas en datos y análisis para corregir el rumbo?
- ¿Podrá Mexicana convertirse en la aerolínea insigne que México merece?
Entre el orgullo y la razón
Mexicana de Aviación nació como un símbolo de orgullo nacional, pero su gestión ha puesto en riesgo ese sueño. El gobierno enfrenta una decisión crítica: reestructurar el proyecto o aceptar el cierre antes de que las pérdidas sean mayores.
Lo que está en juego no es solo una aerolínea, sino la credibilidad del Estado para manejar proyectos de esta magnitud y la confianza de los ciudadanos en el uso eficiente de los recursos públicos.
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