Es jueves por la mañana, y para una estudiante en México, la jornada escolar está llena de obstáculos invisibles. Su periodo menstrual ha llegado pero en su escuela no hay baños dignos ni productos de higiene disponibles. En lugar de preocuparse por el aprendizaje, su atención está en cómo improvisar con los pocos recursos que tiene. Esta es la realidad de miles de niñas y adolescentes en México, quienes enfrentan desafíos diarios debido a la falta de infraestructura escolar adecuada y recursos de gestión menstrual.
Carencias en la Infraestructura Escolar: Una Barrera para la Educación
El sistema educativo en México tiene carencias significativas que afectan el bienestar de las estudiantes, especialmente durante la menstruación. En el país, más de 54,000 escuelas de educación básica y media superior carecen de agua potable, y más de 50,000 no cuentan con baños separados por género o en condiciones adecuadas. Esto limita la comodidad y seguridad de las niñas, que a menudo prefieren ausentarse de la escuela en lugar de enfrentar las dificultades que esto implica.
Estadísticas Impactantes de Infraestructura:
- 54,662 escuelas sin agua potable: Impide el acceso básico a la higiene.
- Más de 50,000 sin baños adecuados: Complica el uso seguro y digno de los baños.
- 42,474 escuelas sin lavamanos: Falta de higiene adecuada para el manejo menstrual.
Estas cifras exponen una realidad preocupante: muchas escuelas en México no están preparadas para satisfacer las necesidades básicas de sus estudiantes, lo que coloca a las niñas en una desventaja educativa y social.
Gestión Menstrual y Pobreza: Un Lujo Inalcanzable para Muchas Familias
Además de la falta de infraestructura, las familias en situación de pobreza enfrentan dificultades para comprar productos de higiene menstrual. Se estima que 60% de la población menor de 18 años en México vive por debajo de la línea de pobreza, y para estas familias, los productos menstruales representan un lujo que muchas veces no pueden permitirse. Esto obliga a las niñas a improvisar soluciones poco higiénicas que, además de ser incómodas, pueden tener consecuencias para su salud.
El Impacto de la Pobreza Menstrual:
- Productos de gestión menstrual como toallas sanitarias o tampones se vuelven inaccesibles para muchas familias.
- Ausentismo escolar: La falta de recursos hace que muchas niñas falten a la escuela durante su periodo.
- Impacto en la salud: Las soluciones improvisadas, como el uso de papel, aumentan el riesgo de infecciones y problemas de salud.
La pobreza menstrual no solo afecta la salud física de las niñas, sino también su salud emocional y su autoestima, además de restringir su derecho a la educación en igualdad de condiciones.
La Brecha de Género en la Educación: Un Problema Sistémico
La falta de acceso a recursos para la gestión menstrual y la infraestructura deficiente en las escuelas contribuye a una brecha de género en la educación. Aunque se reconoce la importancia de la educación para empoderar a las niñas, el sistema actual no ofrece las condiciones necesarias para asegurar su participación plena. La brecha de género persiste en muchos aspectos de la educación, y para miles de niñas, menstruar significa enfrentar dificultades que sus compañeros varones no tienen.
Consecuencias de la Brecha de Género en la Educación:
- Desigualdad en oportunidades: Las niñas tienen menos oportunidades de asistir y participar activamente en la escuela.
- Afectación en el rendimiento académico: La falta de continuidad en la educación afecta su desempeño y sus posibilidades futuras.
- Limitación en el desarrollo personal: Las niñas son privadas de una experiencia escolar plena y equitativa, lo que afecta su autoestima y confianza.
Iniciativas para una Educación Más Equitativa y Libre de Barreras
En los últimos años, algunos estados en México han empezado a reformar sus leyes de educación para atender la gestión menstrual en las escuelas. Aguascalientes, Jalisco, Michoacán y otras ocho entidades han impulsado cambios para garantizar el acceso a productos de higiene menstrual, aunque el desafío sigue siendo la implementación efectiva y la asignación de presupuesto para que estas iniciativas no queden en papel.
Acciones necesarias para un cambio real:
- Presupuesto destinado a productos de gestión menstrual: Se necesitan fondos suficientes para asegurar que todas las estudiantes tengan acceso a productos de higiene.
- Mejoramiento de la infraestructura escolar: La instalación de baños dignos, con agua potable y privacidad, es esencial.
- Capacitación y sensibilización: Fomentar una cultura de respeto y apoyo en torno a la menstruación, tanto en estudiantes como en el personal docente.
Estas iniciativas requieren voluntad política y el apoyo de la sociedad civil para garantizar que ninguna niña se vea obligada a abandonar sus estudios por falta de recursos o infraestructura.
Un llamado a la acción: Por una educación inclusiva y justa
Es importante dejar en claro que la menstruación no debe ser un obstáculo para el derecho a la educación de ninguna niña. Es fundamental que quienes toman decisiones sobre el presupuesto y las políticas educativas en México comprendan la importancia de asegurar condiciones adecuadas para todas las estudiantes. La igualdad en la educación no es posible sin equidad en el acceso a los recursos necesarios para el bienestar de las niñas.
Ojalá que, en el futuro, el periodo menstrual de las estudiantes no sea motivo de preocupación o discriminación. Las niñas merecen una educación digna, libre de barreras, y el compromiso de todos es esencial para construir un sistema educativo justo e inclusivo.
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