En la Ciudad de México y varios estados de la república, obtener una licencia de conducir es tan sencillo como pagar una cuota, sin necesidad de un examen práctico. Esta práctica, que se originó bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador como jefe de gobierno capitalino, ha evolucionado hasta llegar al reciente anuncio de licencias sin límite de vigencia. Pero, ¿qué tan “gratuito” resulta este supuesto beneficio?
La realidad es que este enfoque populista tiene un alto costo humano: 45 muertes diarias por accidentes de tránsito en el país, según cifras oficiales. ¿Cómo llegamos a este punto?
México y la seguridad vial: un camino cuesta abajo
1. Un problema de origen
La decisión de eliminar el examen práctico de manejo en la Ciudad de México comenzó en 2003, bajo el argumento de combatir la corrupción en los trámites. Sin embargo, esto no resolvió el problema de fondo y, en cambio, abrió la puerta a conductores sin experiencia ni conocimientos adecuados sobre el reglamento de tránsito.
2. La comparación internacional
México registra una tasa de mortalidad en accidentes de tráfico de 128 personas por millón de habitantes, cuatro veces más alta que países como España o Alemania. En términos de seguridad vial por kilómetro manejado, el país también tiene índices alarmantes: cuatro veces más defunciones que Estados Unidos.
Violación de acuerdos internacionales: El caso de la Convención de Viena
México es signatario de la Convención de Viena sobre Tránsito Vial, que exige que las licencias de manejo se otorguen tras verificar las habilidades del conductor. Sin embargo, la práctica de otorgar licencias sin examen contraviene este principio:
“Las Partes Contratantes se comprometen a garantizar que los permisos de conducción se expidan únicamente después de que las autoridades competentes verifiquen que el conductor posee los conocimientos y habilidades requeridas” (Convención de Viena, Artículo 41).
Las consecuencias del populismo vial
1. Pérdidas humanas
Cada media hora, una persona pierde la vida en un accidente de tránsito en México. Estas muertes no son solo estadísticas; representan familias destrozadas y comunidades afectadas por la falta de regulaciones efectivas.
2. Costos económicos
Además del impacto humano, los accidentes viales generan un costo anual equivalente al 1.7% del PIB nacional, según datos del INEGI. Este gasto incluye daños materiales, atención médica y pérdida de productividad.
Licencias permanentes: ¿Un regalo peligroso?
La reciente propuesta de emitir licencias sin límite de vigencia en la Ciudad de México, impulsada por Clara Brugada, refuerza una cultura de la irresponsabilidad. Al eliminar cualquier incentivo para la educación y actualización en materia vial, se está poniendo en peligro a millones de conductores, ciclistas y peatones.
¿Qué se puede hacer para revertir esta crisis?
- Reintroducir el examen práctico: Garantizar que todos los conductores pasen una evaluación rigurosa antes de obtener su licencia.
- Educación vial: Promover campañas educativas sobre las responsabilidades al volante.
- Ratificar la Convención de Viena: Asegurar que México cumpla con sus compromisos internacionales en materia de seguridad vial.
- Fortalecer las instituciones: Evitar que el combate a la corrupción sea una excusa para eliminar requisitos esenciales.
Una responsabilidad que no puede esperar
Las licencias de conducir sin examen práctico no solo son una muestra de populismo irresponsable, sino también una amenaza directa a la seguridad vial. México no puede permitirse seguir ignorando los riesgos. Cada vida perdida en las calles y carreteras del país es un recordatorio doloroso de la urgencia de actuar.
El verdadero beneficio para los ciudadanos no está en regalar licencias, sino en garantizar que cada conductor esté preparado para estar al volante.
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