La reciente aprobación a nivel federal de la nueva Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, apodada por sus críticos como la «Ley Espía«, ha encendido un acalorado debate en Tijuana. La ley, que otorga a la Guardia Nacional y a la SSPC acceso a bases de datos personales y biométricos, es vista por algunos como una herramienta necesaria contra el crimen, pero por otros, como una grave amenaza a los derechos y libertades civiles.
Una nueva y controvertida ley federal está generando ondas de choque que se sienten con especial intensidad en la frontera. La aprobación en la Cámara de Diputados de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública ha localizado el debate nacional sobre la privacidad y la seguridad en Tijuana, una ciudad singularmente sensible a cualquier cambio en las políticas de vigilancia.
La ley en cuestión permite que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y la Guardia Nacional (GN) tengan acceso a bases de datos gubernamentales que contienen información personal, patrimonial, fiscal y, lo más polémico, datos biométricos de los ciudadanos.
La justificación implícita del gobierno es que esta centralización de información agilizará las investigaciones y fortalecerá la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, en una ciudad como Tijuana, la medida ha sido recibida con profundo escepticismo y críticas contundentes.
La Crítica Local: «Jurídicamente Incorrecta»
La voz más fuerte de la oposición local ha sido la de la agrupación civil «Unidos por Tijuana». Este grupo ha calificado la nueva legislación como «jurídicamente incorrecta», argumentando que podría violar derechos fundamentales consagrados en la Constitución.
Las principales preocupaciones de los críticos se centran en:
- Violación a la Privacidad: El acceso irrestricto de las fuerzas de seguridad a datos tan sensibles sin una orden judicial específica para cada caso podría constituir una violación masiva del derecho a la privacidad.
- Riesgo de Abusos: En un país con un historial de abusos por parte de las fuerzas del orden, entregar un poder de vigilancia tan grande sin contrapesos robustos es visto como una receta para el desastre.
- Peligro de Fugas de Información: La centralización de una base de datos tan valiosa la convierte en un objetivo prioritario para ciberataques, tanto de criminales como de actores extranjeros, poniendo en riesgo la información de millones de mexicanos.
El Dilema de una Ciudad Fronteriza
Para Tijuana, las implicaciones de la «Ley Espía» son particularmente complejas. Por un lado, la ciudad sufre altos índices de criminalidad, y cualquier herramienta que prometa mejorar la seguridad es, en principio, bienvenida por una parte de la población.
Por otro lado, al ser una zona de alto tránsito migratorio y con una relación tensa y constante con agencias de seguridad de ambos lados de la frontera, la idea de una mayor vigilancia estatal genera un temor justificado. El debate en Tijuana se reduce a una pregunta fundamental: ¿estamos dispuestos a sacrificar nuestra privacidad a cambio de una promesa de mayor seguridad?
«Aprobar una ley que permite la vigilancia masiva sin controles judiciales adecuados es un paso peligroso. En una ciudad como Tijuana, esto podría usarse para perseguir a activistas, periodistas o simplemente a ciudadanos inocentes. Es jurídicamente incorrecta y moralmente cuestionable». – Representante de «Unidos por Tijuana».
Un Futuro Bajo Vigilancia
Mientras la ley avanza en el proceso legislativo, el debate en Tijuana sirve como un termómetro de la preocupación ciudadana a nivel nacional. La «Ley Espía» plantea un dilema central para la democracia mexicana del siglo XXI: encontrar el equilibrio entre la necesidad de combatir a un crimen organizado cada vez más sofisticado y la obligación de proteger los derechos y libertades fundamentales que definen a una sociedad libre.


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