La Semana Mundial de la Lactancia Materna comienza este 1 de agosto, y con ella, también la oportunidad de visibilizar historias que rara vez se nombran: las de mujeres que viven con VIH y desean alimentar a sus hijas e hijos desde el pecho.
En medio de los mitos, el miedo y la desinformación, muchas mujeres que viven con VIH enfrentan una difícil decisión al convertirse en madres: ¿puedo amamantar a mi bebé sin ponerlo en riesgo?
De acuerdo con el pediatra clínico, Bernardo Russek, años atrás no era recomendable que las madres con VIH amamantar a sus hijos, pues una de las principales vías de contagio es a través de la leche materna. Sin embargo, las nuevas evidencias científicas han mostrado que sí es posible que una mujer con VIH amamante a su bebé siempre y cuando mantenga una carga viral indetectable, reciba tratamiento antirretroviral de forma estricta y tenga un seguimiento médico constante.
“El riesgo de transmisión del virus a través de la leche materna existe, pero si la madre tiene una carga viral indetectable sostenida durante el embarazo y el puerperio, ese riesgo se reduce prácticamente a cero.
“Entonces, sí es posible amamantar de forma segura bajo condiciones específicas y con acompañamiento médico en el postparto o una vez que nace el bebé. El mayor error es tomar decisiones sin acompañamiento. Hay quienes, por miedo o desconocimiento, optan por fórmulas desde el día uno, cuando en realidad podrían haber amamantado de forma segura”, comentó.
Mitos que deben romperse
El especialista reconoció que el estigma hacia las personas que viven con VIH, tanto hombres como mujeres, sigue siendo uno de los principales obstáculos para una atención adecuada. En el caso de las mujeres que deciden amamantar, ese estigma sobre el contagio a través de la leche materna, no solo dificulta el proceso, sino que puede poner en riesgo la salud del recién nacido si no hay el acompañamiento médico.
“Ese miedo viene de épocas donde no había tratamientos eficaces. Hoy, con los esquemas adecuados, podemos hablar de cero transmisiones en muchos casos documentados. Pero eso solo es posible si rompemos con la desinformación”.
Otro de los mitos más comunes es pensar que la leche de fórmula siempre es una opción más segura. Sin embargo, no todas las familias tienen acceso a ella, ya sea por su costo, por falta de disponibilidad o por condiciones que impiden su preparación e higiene adecuadas.
“Eso depende de muchos factores, incluyendo el acceso al agua potable, la preparación correcta y los recursos económicos de la familia. En países como México, donde la pobreza afecta a miles de mujeres, la leche materna sigue siendo la opción más segura y accesible”, dijo.
Un vínculo irremplazable
Más allá de lo biológico, el acto de amamantar también cumple una función emocional y de apego fundamental en el desarrollo temprano del bebé. Por lo que este lazo inicial, tiene repercusiones en la salud emocional y cognitiva de los bebés, incluso muchos años después.
“La lactancia no solo nutre, también calma, conecta y estimula. No se trata sólo de alimentar, sino de criar con contacto, piel a piel, con el latido del corazón como arrullo. Por eso es importante
Ante este panorama, Bernardo Russek, hizo un llamado a las instituciones de salud para que fortalezcan los protocolos de información, acompañamiento y respeto al derecho de las madres a decidir.
“Nadie debe decidir por ellas. Nuestro trabajo como personal de salud es acompañar, informar y respetar. Y en el caso de mujeres que viven con VIH, darles todas las herramientas para que puedan ejercer su maternidad sin miedo y con dignidad”, dijo.
Amamantar de forma segura con VIH
- Tener una carga viral indetectable sostenida durante el embarazo y el puerperio
- Seguir estrictamente el tratamiento antirretroviral
- Contar con seguimiento médico constante antes y después del parto
- Tener acceso a servicios de salud que acompañen y monitoreen el proceso
- Estar bien informada y recibir asesoría personalizada por parte de especialistas
Ventajas de la lactancia materna incluso en contextos vulnerables
- Es una fuente segura y accesible de nutrición
- No requiere preparación ni condiciones sanitarias especiales
- Refuerza el sistema inmunológico del bebé
- Establece un vínculo emocional crucial para el desarrollo
- Puede practicarse de forma segura en madres con VIH bajo supervisión médica
¿Cuándo puede ser necesaria la leche de fórmula?
- Si la madre no tiene una carga viral controlada
- Cuando no hay acceso a tratamiento antirretroviral
- Si el seguimiento médico no puede garantizarse
- Por decisión informada de la madre, acompañada por el equipo de salud
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