Estados Unidos acusa a México de bloquear comercio bilateral clave
Tensiones comerciales resurgen entre dos socios estratégicos
A lo largo de décadas, la relación comercial entre México y Estados Unidos ha sido compleja, marcada por periodos de cooperación y de fricción. En 2025, una nueva ola de tensión vuelve a emerger, ahora alimentada por una serie de señalamientos oficiales desde Washington que apuntan a barreras tanto arancelarias como no arancelarias que, según el gobierno estadounidense, están afectando gravemente el libre flujo del comercio bilateral.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) reveló en marzo su Estimación Nacional de Comercio (NTE), donde acusa a México de mantener obstáculos estructurales en sectores estratégicos como la energía, telecomunicaciones, agroindustria y dispositivos médicos.
Obstáculos sanitarios y químicos: el caso del glifosato y el maíz transgénico
Una de las principales quejas gira en torno a la importación de maíz genéticamente modificado y del glifosato, un herbicida ampliamente utilizado en Estados Unidos. De acuerdo con el informe de la USTR, México ha denegado permisos de importación de productos que contienen glifosato sin justificación científica clara ni notificación a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Desde el 1 de enero de 2021, México anunció un decreto para eliminar gradualmente el uso del glifosato, con fecha límite del 31 de enero de 2024. Aunque el producto sigue registrado para su uso en el país, su importación enfrenta obstáculos que, según Washington, violan los compromisos del T-MEC.
El mismo patrón se repite con el maíz transgénico, otro rubro vital para la agroindustria estadounidense. México argumenta razones de salud y soberanía alimentaria, pero Estados Unidos insiste en que se trata de barreras injustificadas que impactan negativamente a sus productores.
Registro lento de medicamentos: una traba para el sector salud
El informe destaca que los trámites para importar dispositivos médicos y productos farmacéuticos en México pueden demorar entre 18 y 24 meses. Este retraso afecta la entrada de nuevos tratamientos y tecnologías al país, lo que no solo limita a las empresas estadounidenses, sino también repercute en los pacientes mexicanos.
Estados Unidos pide reformas estructurales urgentes que reduzcan estos tiempos y otorguen certidumbre a los exportadores, además de mayor transparencia en los criterios regulatorios aplicados por la autoridad sanitaria mexicana.
Energía: cuando las reglas cambian según el jugador
El sector energético es otro foco de tensión. Desde diciembre de 2018, el gobierno mexicano ha impulsado una política que favorece a empresas estatales como CFE y PEMEX, relegando a los actores privados, muchos de ellos estadounidenses. Según la USTR, empresas foráneas enfrentan demoras injustificadas, rechazos sin explicación y falta de respuesta a solicitudes de permisos o modificaciones.
Esto contraviene, desde la perspectiva estadounidense, lo pactado en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), al limitar el acceso al mercado energético mexicano bajo condiciones equitativas.
Telecomunicaciones: un mercado cautivo con altas barreras
En teoría, México abrió su mercado de telecomunicaciones hace más de una década. En la práctica, las condiciones siguen beneficiando al proveedor dominante, que conserva cerca del 70% del mercado. La USTR denuncia que los altos costos del espectro radioeléctrico en México son una barrera de entrada y que los nuevos competidores no pueden competir en igualdad de condiciones.
Aduanas, etiquetado y puertos: otras restricciones estructurales
Más allá de los sectores productivos, Estados Unidos también ha identificado barreras operativas en el ámbito aduanero y logístico. Entre ellas, la poca anticipación con la que México notifica cambios regulatorios, las interpretaciones distintas en cada cruce fronterizo, y la aplicación inconsistente de normas de etiquetado.
Uno de los puntos más conflictivos está en la limitación al número de puertos donde los agentes aduanales pueden operar. El artículo 161 de la Ley Aduanera mexicana restringe a cuatro puertos a quienes no estén afiliados a una agencia, algo que según EU, viola el espíritu del T-MEC.
Un acuerdo en pausa: Trump y la suspensión temporal de aranceles
El expresidente Donald Trump, en medio de su campaña para regresar a la Casa Blanca, ha reaparecido como un actor clave en esta narrativa. Según declaraciones recientes, el gobierno mexicano se comprometió a eliminar barreras arancelarias para evitar la aplicación de nuevos aranceles del 30% programados para el 1 de agosto.
Aunque no se han detallado públicamente las barreras que serían eliminadas, el informe de la USTR ofrece un panorama claro de las demandas estadounidenses. En este contexto, los próximos 90 días serán cruciales para redefinir la relación comercial entre ambos países.
Un nuevo ciclo de presión bilateral
El informe de la USTR marca un momento de alta tensión que podría redefinir el futuro del comercio bilateral. Si México decide responder con reformas estructurales que abran el mercado y eliminen barreras, se podría evitar la imposición de aranceles y fortalecer la cooperación. De lo contrario, la relación podría entrar en una nueva etapa de confrontación, con consecuencias para sectores clave de ambas economías.


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