domingo, diciembre 21, 2025

La Constitución mexicana: entre el olvido, la manipulación y el poder absoluto

El próximo 5 de febrero, la Constitución mexicana de 1917 cumplirá 108 años. Pero, ¿qué queda de aquel documento que alguna vez simbolizó el progreso y la justicia social?

Hoy, la Constitución parece más un instrumento de conveniencia política que una carta fundamental. Cada gobierno la reescribe, la mutila y la usa según sus intereses.

La voluntad presidencial ha suplantado su espíritu original. Ya no es un pacto social entre ciudadanos, sino un papel al que los gobernantes agregan y eliminan artículos como si fuera una simple hoja de reglamento interno.

¿Dónde quedaron sus raíces? ¿Dónde está el legado del federalismo de 1824, las ideas liberales de 1857, o las luchas sociales que se cristalizaron en 1917?

México, un país sin memoria constitucional

Las grandes figuras que construyeron la historia constitucional del país han sido olvidadas. Ponciano Arriaga, Francisco Zarco, Melchor Ocampo… nombres que alguna vez representaron la lucha por los derechos y la justicia, pero que hoy son solo piezas de museo.

Peor aún, el federalismo mexicano ha sido prácticamente aniquilado. La Constitución de 1917, que establecía un sistema de gobierno con estados soberanos, ha sido sustituida por una visión centralista, donde el Ejecutivo tiene más poder que nunca.

México ha pasado de un país de leyes a un país gobernado por decretos presidenciales.


Ferdinand Lassalle y la Constitución como un reflejo del poder real

La pregunta «¿Qué es una Constitución?» fue formulada por Ferdinand Lassalle, jurista y filósofo alemán, en el siglo XIX. Su respuesta fue clara:

«No es un simple conjunto de leyes, sino la suma de los factores reales de poder.»

Para Lassalle, una Constitución no es el papel donde se plasman los derechos y deberes de los ciudadanos, sino el reflejo de quién realmente ostenta el poder en un país.

En México, la Constitución no es el texto legal que rige el país. Es la voluntad del presidente en turno.

Los empresarios, las universidades, los jueces y los organismos autónomos han perdido toda capacidad de influencia. El poder hoy se concentra en una sola persona.

La Constitución mexicana y el PRI: la historia se repite

Durante décadas, el PRI convirtió la Constitución en un instrumento del presidencialismo absoluto. Cada sexenio, el presidente de turno modificaba la Carta Magna a su antojo, asegurándose de que respondiera a sus intereses políticos.

Hoy, ese mismo modelo sigue vigente, aunque con otros colores partidistas.

Ejemplo de ello es la reciente propuesta de elegir a los jueces por sorteo, una idea que rompe con la independencia judicial y somete al Poder Judicial a los designios del Ejecutivo.

No hay separación de poderes, solo un país gobernado desde una sola oficina.


¿Hacia un nuevo Maximiliano de Habsburgo?

En 1864, México dejó de ser gobernado por su Constitución. El país fue entregado a Maximiliano de Habsburgo, quien impuso sus propias reglas y gobernó con una visión monárquica.

Hoy, la historia se repite. Un solo hombre quiere gobernar México: Donald Trump.

La influencia de Trump sobre el futuro de México es innegable. Con su regreso a la presidencia de EE.UU., su visión autoritaria y su desprecio por el multilateralismo, México enfrenta el riesgo de convertirse en un país subordinado a su voluntad.

Trump amenaza con aranceles, deportaciones masivas y sanciones económicas, lo que obligará al gobierno mexicano a tomar decisiones no en función de la Constitución, sino del miedo a las represalias estadounidenses.

El país no solo ha perdido su independencia constitucional interna, sino que ahora está en peligro de perder su soberanía ante una potencia extranjera.


¿hay esperanza para la Constitución?

La Constitución mexicana de 1917 fue un documento revolucionario en su momento, pero hoy es un texto sin fuerza ni respeto.

La ley fundamental de México ha sido utilizada como un arma política, reescrita a conveniencia y traicionada por quienes juraron protegerla.

El poder absoluto del Ejecutivo, la falta de resistencia de los sectores económicos y académicos, y la amenaza externa de Trump hacen que la Constitución sea, hoy más que nunca, un simple adorno legal.

¿Podrá México recuperar su Constitución?

La respuesta no está en los gobiernos, sino en la sociedad.

Solo la ciudadanía puede exigir el fin del abuso del poder y la restauración de un Estado de derecho real.

La Constitución no puede seguir siendo una marioneta de los gobernantes.

Es momento de rescatar su verdadero propósito.

¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.

La Verdad Noticias
La Verdad Noticiashttps://laverdadnoticias.com
@LVN_Noticias 📰 La Verdad, Sin Rodeos. Noticias sin censura, solo hechos. 🎯 ¡Exige la Verdad! 👇 Síguenos Premio Internacional Periodismo de Derechos Humanos 2023 Sociedad Interamericana de Prensa SIP
VER MÁS
- Advertisment -

RELACIONADOS

TE PODRÍA INTERESAR