Un octubre inesperado: así se construyó el récord histórico del INE
Octubre comenzó como cualquier otro mes en los módulos del INE: largas filas, trámites cotidianos, ciudadanos con prisa y la rutina de siempre. Sin embargo, algo empezó a destacar conforme avanzaban los días. Los encargados notaron un flujo más intenso, más constante, más urgente. De pronto, cada jornada cerraba batiendo la cifra del día anterior. No era una coincidencia ni una percepción aislada: México estaba rompiendo un récord histórico.
Para finales del mes, el Instituto Nacional Electoral confirmó lo que los trabajadores ya intuían. Octubre había registrado 264 mil 121 reemplazos de credencial para votar. Nunca en la historia una cifra mensual había llegado tan alto. Ni en años electorales, ni en temporadas de renovación masiva, ni en momentos críticos para el padrón.
Luis Alberto De Gante, director de Estadística del Registro Federal de Electores, lo dijo con claridad: “Esta cifra es la mayor registrada hasta el momento de reemplazos en un mes”. Y no solo superó septiembre, sino que también rebasó el segundo mayor registro, ocurrido apenas en agosto de 2025. Era evidente que el fenómeno no era aislado, sino parte de una tendencia nacional que crecía mes con mes.
Una tendencia que nació tras la elección y que no deja de crecer
Desde que se reanudaron los trámites después de la elección de junio, los módulos comenzaron a llenarse. El comportamiento, según los especialistas del padrón, coincide con un patrón recurrente: después de un proceso electoral, miles de personas se percatan de que extraviaron su mica, la dañaron o simplemente requieren un duplicado.
Pero este año ocurrió algo distinto. El crecimiento no se detuvo. En vez de un repunte temporal, se generó una ola sostenida de reemplazos que cambió por completo las proyecciones del INE.
“Va en aumento el número de reemplazos”, confirmó De Gante. Y los números lo respaldan: 1 millón 398 mil 54 reemplazos en lo que va de 2025, superando por más del doble los registros de 2023 y 2024.
Cada día, ciudadanos de todas las edades acudían a tramitar una mica nueva. Algunos por pérdida al mudarse, otros por robo, otros porque la credencial llevaba años deteriorándose en la cartera. Muchos más, simplemente, porque la necesitaban para realizar trámites bancarios, laborales o escolares.
El reemplazo como principal movimiento del padrón electoral
Las estadísticas del INE son contundentes. Entre todos los movimientos que sufre el padrón —fallecimientos, duplicidades, pérdida de derechos políticos— el reemplazo es, por mucho, el de mayor volumen.
Se trata de un fenómeno que, aunque parece cotidiano, tiene un enorme impacto en la solidez del padrón. Cada mica perdida se convierte en un registro que requiere actualización y revisión. Cada ciudadano que la renueva contribuye a mantener vigente una base de datos que es pieza fundamental de la democracia mexicana.
Los expertos del Registro Federal de Electores explican que este comportamiento también permite corregir inconsistencias, depurar duplicidades y verificar la identidad de millones de personas. En otras palabras, los reemplazos no solo responden a necesidades individuales, sino a un fortalecimiento estructural del sistema electoral.
¿Por qué tantos reemplazos en tan poco tiempo?
Detrás de los números hay miles de historias. Un estudiante que extravió su cartera rumbo al transporte público. Una trabajadora que descubrió que su mica ya no era legible en el lector de seguridad. Un empresario que necesitaba actualizar su identificación para una firma urgente. Una persona mayor que llevaba tres años posponiendo la visita al módulo. Todos ellos sumaron, sin pensarlo, a un récord nacional.
Los especialistas del INE indican que el aumento también se explica por una mayor dependencia ciudadana de la credencial como identificación oficial. En México, la mica del INE no es solo una llave para votar; es también la llave para la vida diaria. Abrir una cuenta bancaria, matricularse, trabajar, comprar un boleto, realizar trámites de salud, todo requiere una credencial moderna y vigente.
En 2025, con un país más digitalizado, perder o deteriorar la mica es equivalente a perder acceso a servicios fundamentales. Esa urgencia, sumada al efecto post electoral, impulsó una ola que aún no muestra señales de disminuir.
Una cifra que no solo rompe récords: redefine un año electoral histórico
Que 2025 haya acumulado ya más de 1.3 millones de reemplazos tiene implicaciones profundas. Primero, habla de un electorado activo que reconoce la importancia de su identificación. Segundo, refuerza el papel del INE como institución sólida y con capacidad para atender una demanda extraordinaria. Y tercero, proyecta que el cierre del año podría romper aún más registros.
Los expertos ya analizan si este comportamiento se mantendrá en 2026, año que podría marcar el inicio de nuevas actualizaciones en el padrón, o si fue el resultado de la combinación única de factores propios de este ciclo electoral.
Lo que es claro es que este récord no es una simple cifra administrativa. Es el reflejo de millones de historias, de decisiones cotidianas, de un país que usa su credencial para votar como la pieza central de su ciudadanía.


TE PODRÍA INTERESAR