El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una de las instituciones más emblemáticas de México, lleva años enfrentando desafíos que ponen en duda su capacidad para brindar el “bienestar” que promete. Entre largos tiempos de espera, atención limitada y escasez de medicamentos, millones de mexicanos se enfrentan a una realidad que dista mucho de la narrativa oficial. Pero, ¿cuál es el verdadero estado del IMSS y qué dice esto sobre la salud pública en México?
Una crisis de bienestar: testimonios desde el IMSS
El calvario de los pacientes
La historia de un hombre de 37 años con cirrosis alcohólica ilustra la cruda realidad que enfrentan miles de pacientes. Con niveles críticos de hemoglobina y plaquetas, este joven fue enviado a esperar cuatro días antes de recibir transfusiones, un tiempo que podría haberle costado la vida.
Aunque finalmente recibió la atención necesaria, el problema subyacente, el daño hepático, no fue tratado. Este caso no es único; refleja la precariedad de un sistema que, ante la falta de recursos, se limita a responder de manera reactiva sin abordar las causas de fondo.
Médicos al límite
El personal médico del IMSS trabaja bajo condiciones que rozan lo insostenible. Con una población en espera abrumadora y recursos limitados, no es extraño que las consultas duren apenas cinco o siete minutos, sin el tiempo suficiente para explorar a fondo a los pacientes.
Los retos históricos del IMSS Bienestar
Escasez de medicamentos
En 2020, el IMSS Bienestar solo logró surtir el 76% de las recetas, muchas de ellas incompletas. Medicamentos básicos como el paracetamol escasearon, dejando a los pacientes con opciones limitadas para tratar incluso las afecciones más simples.
Recortes presupuestales
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2026 plantea recortes significativos, dejando a la institución con menos recursos para atender una población creciente. Sin presupuesto suficiente, la atención médica de calidad se vuelve un objetivo inalcanzable.
La salud frente a las prioridades del gobierno
Proyectos emblemáticos versus necesidades básicas
Mientras el IMSS enfrenta recortes y precariedad, el gobierno ha destinado recursos millonarios a proyectos como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas. Aunque estos proyectos buscan detonar el desarrollo económico, muchos se preguntan si estas inversiones son prioritarias frente a la urgencia de garantizar una salud digna.
¿Dónde se atienden los funcionarios?
La pregunta incómoda persiste: ¿cuántos de los altos funcionarios del gobierno actual y pasado utilizan los servicios del IMSS? La respuesta subraya una desconexión entre la población que depende del sistema y quienes toman decisiones desde posiciones de privilegio.
¿Qué necesita el IMSS para cumplir su misión?
Inversión en infraestructura y personal
Es imprescindible destinar recursos significativos para construir más clínicas y hospitales, contratar médicos y enfermeras, y garantizar que cada paciente reciba la atención que merece.
Abastecimiento de medicamentos
La falta de insumos médicos es una de las principales quejas de los pacientes. Asegurar el suministro de medicamentos básicos debe ser una prioridad para el gobierno.
Una estrategia integral de salud
Más allá de responder a las emergencias, el IMSS necesita implementar programas preventivos que aborden enfermedades crónicas y promuevan el bienestar a largo plazo.
¿Dónde queda el bienestar en el IMSS?
El IMSS es un pilar de la salud pública en México, pero su capacidad para brindar bienestar está en crisis. Entre escasez de recursos, atención limitada y un sistema sobrecargado, millones de mexicanos enfrentan barreras para acceder a una salud digna.
Aunque la institución tiene un potencial enorme, su transformación requiere voluntad política, inversión y una estrategia centrada en las necesidades de los pacientes. Sin estas acciones, el “bienestar” seguirá siendo una promesa incumplida para quienes más lo necesitan.
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