Hugo Aguilar Ortiz promete una SCJN para todos tras histórico triunfo
El eco de un México diverso y profundo resonó en el primer mensaje como ministro presidente electo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de Hugo Aguilar Ortiz. Con palabras que tejieron la historia, la justicia y la identidad de un país multicultural, Aguilar Ortiz abrió un nuevo capítulo para el máximo tribunal mexicano, prometiendo ser el ministro de todas y todos.
Un mensaje que honra la raíz y la unidad
El recién electo ministro presidente eligió el mixteco para iniciar su mensaje. “Para nuestras hermanas y hermanos que somos mexicanos, les digo que somos hijos de un mismo pueblo”, expresó con convicción. Desde sus primeras palabras, dejó claro que la SCJN será una casa de justicia para todos, no solo para unos cuantos.
En un país marcado por desigualdades históricas y la exclusión de pueblos originarios, su discurso resuena como un llamado a la unidad. “Aquí estamos todos, por lo que tenemos que ser iguales y estar unidos. Yo trabajaré para todos”, insistió Aguilar Ortiz, dejando en claro que la Suprema Corte será cercana y comprometida.
El mandato popular y la transformación de la justicia
Aguilar Ortiz celebró que, por primera vez en la historia de México, la ciudadanía participó directamente en la elección de sus representantes en el Poder Judicial. “Hoy tenemos una Suprema Corte surgida del mandato popular… Y con ello se fortalece la división de poderes y la independencia judicial”, destacó con orgullo.
El nuevo ministro presidente subrayó que este proceso electoral no solo legitima a la SCJN ante el pueblo, sino que la transforma en un espacio plural y diverso. “También tenemos una Suprema Corte pluricultural, la voz y el pensamiento del México profundo estará presente todos los días y será parte fundamental en la toma de decisiones”, prometió.
Un espacio digno para los pueblos originarios y afromexicanos
Con la firmeza de quien sabe de dónde viene y a quién representa, Hugo Aguilar Ortiz recordó que “a los pueblos ya nos tocaba un espacio digno en las instituciones fundamentales de la nación”. Su mensaje retumbó como una reivindicación histórica para los pueblos originarios y afromexicanos, quienes han esperado demasiado tiempo para tener voz y voto en las decisiones que marcan la vida de todo México.
Aguilar Ortiz no dudó en comprometerse: “Vamos a construir una justicia real, verdadera y con enfoque intercultural”, asegurando así que las costumbres, valores y perspectivas de los pueblos originarios y afromexicanos serán parte de cada resolución que la SCJN emita.
Cercanía y confianza: la justicia al servicio de todos
Dirigiéndose a las y los mexicanos que no votaron en las elecciones judiciales, Hugo Aguilar Ortiz pidió un voto de confianza. “Quiero pedirles un voto de confianza porque esta será una Suprema Corte de Justicia de la Nación de todos y para todos. Quiero decirles que la Suprema Corte estará cercana. A la ciudadanía, cercana al pueblo y cumplirá su mandato constitucional de dar certeza a todas y todos”, enfatizó.
Con esta declaración, el ministro presidente electo buscó tender puentes con la ciudadanía y reforzar la legitimidad de la SCJN como un órgano imparcial y garante de la justicia para todos.
Reconocimiento al INE y a los nuevos ministros
En el cierre de su discurso, Hugo Aguilar Ortiz agradeció al Instituto Nacional Electoral (INE) por su trabajo durante las elecciones del Poder Judicial, reconociendo la importancia de la transparencia y la organización democrática. También felicitó a sus colegas ministros electos, asegurando que trabajará en equipo para consolidar la SCJN como una institución fuerte, autónoma y legítima.
“Vamos a trabajar juntos para avanzar, para que cada mexicana y cada mexicano sientan que la justicia también les pertenece”, finalizó.
Una Suprema Corte para el México del siglo XXI
Con su discurso inaugural, Hugo Aguilar Ortiz no solo marcó el inicio de su mandato, sino también un compromiso firme con la transformación de la justicia en México. Su promesa de construir una SCJN cercana, intercultural y al servicio del pueblo se convierte en el primer paso hacia una justicia más equitativa y plural.
El reto es grande, pero también lo es la oportunidad de dignificar a quienes han sido históricamente excluidos. El México profundo al que Aguilar Ortiz le habló por primera vez como ministro presidente ahora espera respuestas, acciones y justicia real.


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