En México, la desigualdad económica sigue marcando la vida de millones de familias. Aunque el ingreso promedio nacional alcanzó los 21 mil 825 pesos mensuales en 2024, la realidad cambia drásticamente cuando se mira desde la perspectiva de los extremos sociales.
De acuerdo con un análisis de Oxfam México y el Instituto de Estudios sobre la Desigualdad (Indesig), basado en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2024), los hogares del 10% más pobre apenas reciben 2 mil 168 pesos mensuales por persona, lo que equivale a 72.3 pesos diarios. Una cifra que apenas alcanza para cubrir lo básico.
En contraste, las familias más ricas del país —el decil X— superan los 140 mil pesos mensuales por individuo, es decir, 65 veces más que los más pobres.
Un país de contrastes: 1% concentra 35% de los ingresos
Los datos revelan que mientras el 1% más rico concentra 35% del ingreso nacional, los hogares del decil I apenas acceden al 2% del total.
La brecha es aún más dramática si se observa que el 1% más rico percibe 958 mil 777 pesos mensuales por persona, lo que representa 442 veces el ingreso del decil más bajo.
A pesar de que los ingresos familiares han crecido 18.7% en seis años, la desigualdad estructural no cede, advirtieron Oxfam e Indesig.
La desigualdad medida: México entre los países más desiguales
El índice de Gini, que mide la concentración de la riqueza, pasó de 0.68 a 0.63 en la última década. Aunque la caída refleja avances, México sigue en niveles preocupantes.
De acuerdo con la World Inequality Database, el país se ubica en niveles similares a Colombia (0.72), Namibia (0.73) y Sudáfrica (0.74), naciones con las desigualdades más profundas del planeta.
La vida cotidiana: gastar un peso contra seis
La brecha no solo se refleja en los ingresos, sino también en el gasto.
- Los hogares más pobres destinan la mayor parte de sus ingresos a alimentación y necesidades básicas.
- Los hogares más ricos gastan principalmente en educación privada, transporte exclusivo y esparcimiento.
De hecho, por cada peso que gastó una familia del decil más pobre, una familia del decil más rico desembolsó seis pesos en 2024.
Una deuda social pendiente
El panorama evidencia que la desigualdad no se limita a cifras económicas, sino que impacta directamente en el acceso a salud, educación, vivienda digna y movilidad social.
La persistencia de este escenario plantea un reto para las políticas públicas en un país donde, pese a los avances en la reducción de la pobreza, la desigualdad estructural sigue marcando la vida de millones.


TE PODRÍA INTERESAR