El pasado viernes, una tragedia sacudió a la comunidad de Xochistlahuaca, en Guerrero, cuando se confirmó el hallazgo del cuerpo de un niño de 13 años, identificado como Caled “N”. Su cuerpo fue recuperado del Río San Pedro, tres días después de haber desaparecido en el Río Cozoyoapan. La historia de su desaparición y los esfuerzos por localizarlo reflejan no solo la lucha de su familia, sino también los riesgos que enfrentan los habitantes de la región debido a las corrientes y el terreno accidentado.
La tragedia comienza: la desaparición de Caled “N”
El martes pasado, Caled “N” y un amigo se dirigieron al río Cozoyoapan, ubicado en la Costa Chica de Guerrero, para pasar un rato de esparcimiento. Según testigos, ambos se encontraban jugando cuando un balón cayó en una poza. Caled, sin pensarlo, intentó recuperar el balón, pero la fuerte corriente del río lo arrastró hasta un remolino donde perdió la vida. Su compañero logró salir del agua, pero Caled desapareció sin dejar rastro.
Los familiares del niño, devastados por la situación, no dudaron en organizarse rápidamente para iniciar una búsqueda. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) se sumó a las labores de rescate, con el apoyo de buzos de Acapulco, quienes trabajaron incansablemente para localizar el cuerpo del menor.
El rescate: tres días de incertidumbre y desesperación
Durante tres largos días, los esfuerzos de rescate se extendieron sin éxito. Las autoridades y los familiares temían lo peor, mientras la esperanza de encontrarlo con vida se desvanecía. Sin embargo, fue alrededor de las 9:00 a.m. del viernes cuando el cuerpo de Caled emergió a la superficie del río, finalmente recuperado por los rescatistas.
El cuerpo del niño fue entregado a sus familiares, quienes decidieron enterrarlo en el cementerio municipal de Xochistlahuaca, donde recibiría un merecido descanso. La comunidad, conmocionada por el hecho, se unió en solidaridad con la familia del menor, quienes ahora enfrentan la dolorosa realidad de haber perdido a un ser querido de forma trágica.
La seguridad en los ríos de Guerrero: una problemática creciente
Este caso resalta la peligrosa realidad que enfrentan muchas comunidades de Guerrero, donde los ríos representan tanto una fuente vital de sustento como un peligro latente debido a sus corrientes impredecibles. La región de la Costa Chica, especialmente, ha sido escenario de diversas tragedias relacionadas con accidentes en cuerpos de agua. Las autoridades locales han subrayado la necesidad de incrementar las medidas de seguridad en estos ríos para evitar que más vidas se vean truncadas por accidentes evitables.
Es necesario que los ciudadanos y autoridades colaboren para implementar protocolos de seguridad en zonas acuáticas, así como para reforzar la educación sobre los peligros de ingresar a los ríos sin el conocimiento adecuado.
La violencia en Acapulco: el otro rostro de Guerrero
A la par de esta tragedia, Guerrero también enfrenta un aumento en la violencia, especialmente en Acapulco. La captura de Juan “N”, alias La Calandria, uno de los principales generadores de violencia en la ciudad, ha sido un golpe contra los grupos criminales. La operación que culminó con su arresto también vinculó a La Calandria con una serie de asesinatos y desmembramientos ocurridos el pasado 2 de diciembre en la colonia La Venta.
La violencia en Acapulco ha escalado en los últimos años, especialmente desde la llegada del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha intensificado su lucha con otros grupos como el Cártel Independiente de Acapulco. El caos generado por esta situación impacta gravemente la seguridad de los habitantes, lo que agrava aún más la situación de las comunidades cercanas a zonas de conflicto.
Un esfuerzo conjunto para enfrentar la violencia
El gobierno estatal, en colaboración con la Fiscalía General del Estado (FGE), la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y otros cuerpos de seguridad, ha intensificado sus esfuerzos para combatir a los grupos criminales en Guerrero. La captura de Juan “N” es solo una de las muchas acciones encaminadas a frenar la violencia, aunque la situación sigue siendo compleja.
La violencia sigue siendo uno de los principales desafíos de Guerrero, y el reciente incremento en los crímenes relacionados con grupos de narcotraficantes requiere de una respuesta más coordinada y decidida para garantizar la seguridad de sus habitantes.
La desaparición y el trágico hallazgo del cuerpo de Caled “N” subrayan los riesgos inherentes a la vida en las comunidades cercanas a los ríos, pero también nos recuerdan la lucha constante de las familias que enfrentan situaciones extremas. Mientras tanto, el aumento de la violencia en ciudades como Acapulco refleja la necesidad urgente de cambiar el rumbo en la seguridad y bienestar de los ciudadanos. Guerrero enfrenta grandes desafíos, pero el compromiso de su gente y de las autoridades sigue siendo clave para construir un futuro más seguro.
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