FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. ROO.- Una fuerte explosión seguida de un incendio masivo sacudió este jueves las instalaciones del Tramo 6 del Tren Maya, ubicadas en el campamento conocido como «Frente 3» en este municipio. El estruendo, que según testigos se escuchó hasta la cabecera municipal, generó pánico entre la población y levantó una densa columna de humo negro visible a varios kilómetros de distancia, reavivando el debate sobre los protocolos de seguridad en la megaobra insignia del gobierno federal.
El incidente obligó a una rápida movilización de los cuerpos de emergencia. Elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, Protección Civil y bomberos locales acudieron al lugar para combatir las llamas. Como medida preventiva, la alcaldesa de Felipe Carrillo Puerto, Mary Hernández, ordenó el cierre temporal del libramiento carretero que conecta con la vía hacia Mérida, con el fin de facilitar las maniobras de los equipos de emergencia y garantizar la seguridad de los automovilistas.
La Versión Oficial vs. la Magnitud del Riesgo
Horas después del suceso, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), entidad responsable de la construcción de este tramo, emitió un comunicado oficial para esclarecer los hechos. Según la SEDENA, el siniestro se originó debido a la «ruptura de la manguera de una pipa durante una maniobra de descarga de diésel». La institución militar fue enfática al asegurar que el incidente no dejó personas heridas ni víctimas mortales, limitándose únicamente a daños materiales.
Sin embargo, esta versión oficial, que sugiere un accidente operativo menor, contrasta con la magnitud del riesgo percibido en el lugar. Reportes de diversos medios y autoridades locales indican que el fuego se extendió rápidamente, afectando a por lo menos cuatro camiones cisterna (pipas) y un vehículo particular. Más alarmante aún, se informó que en las cercanías del incendio se encontraban otras seis pipas cargadas con diésel, lo que representaba un riesgo inminente de una catástrofe en cadena que fue contenida gracias a la intervención de los bomberos.
Esta aparente discrepancia entre la causa oficial de una «manguera rota» y un escenario que pudo convertirse en una tragedia de grandes proporciones, pone en tela de juicio si los protocolos para el manejo de materiales peligrosos en una obra de esta envergadura son lo suficientemente robustos o si se están aplicando con el rigor necesario. La celeridad con la que se busca concluir el proyecto podría estar comprometiendo aspectos fundamentales de la seguridad operativa.
Un Símbolo de las Controversias del Tren Maya
Más allá del incidente puntual, la explosión en Felipe Carrillo Puerto se convierte en un poderoso símbolo de las controversias que han rodeado al Tren Maya desde su concepción. El proyecto ha sido un constante foco de críticas por su impacto ambiental, los denunciados sobrecostos millonarios y la presión por cumplir con plazos políticos.
A estas preocupaciones se suma ahora una nueva dimensión: la seguridad en la operación y el manejo de riesgos. Para los críticos del proyecto, este evento es una prueba tangible de que la obra podría estarse ejecutando de manera apresurada, sacrificando la supervisión y la seguridad en aras de la velocidad. El incendio, relacionado directamente con el combustible que alimentará la operación del tren, añade una capa de incertidumbre sobre la sostenibilidad y viabilidad a largo plazo del megaproyecto.
Mientras las autoridades celebran la ausencia de víctimas, la comunidad local y los observadores a nivel nacional se preguntan si este «accidente» es un presagio de futuros desafíos operativos y si la promesa de desarrollo no está llegando a un costo demasiado alto en términos de riesgo para la población y el medio ambiente.


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