La innovación minera que nació en el aula del IPN
En un taller de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del IPN, tres jóvenes mexicanas decidieron enfrentar uno de los mayores desafíos de la industria minera: la seguridad. Así nació un rover con inteligencia artificial y visión avanzada, capaz de detectar riesgos geológicos y gases tóxicos en los túneles más profundos.
Carolina Abigail Gallo Meneses, Yesenia Cruz Domínguez y Lesly Verónica Salazar Jiménez desarrollaron este vehículo autónomo como parte de un proyecto de ingeniería que pronto trascendió los muros de su institución. Su meta era clara: salvar vidas con tecnología.
Un robot que ve en la oscuridad
El corazón del rover es una Raspberry Pi 5, una microcomputadora de alto rendimiento que coordina sensores de monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, una cámara de profundidad y una lámpara que ilumina incluso los entornos más oscuros.
Gracias a su sistema de visión RGB, el vehículo genera mapas tridimensionales de los túneles a través de un proceso conocido como Visual SLAM (V-SLAM), el cual permite la localización y mapeo simultáneo sin depender de una conexión a internet.
Mapas 3D y análisis geoespacial en tiempo real
Bajo la asesoría del doctor Rodolfo Vera Amaro (UPIITA) y la doctora Lucero Verónica Lozano Vázquez (ESIME Azcapotzalco), las jóvenes integraron un sistema web que permite visualizar toda la información recolectada.
Desde fracturas en las paredes hasta zonas con derrumbes o inundaciones, el modelo 3D resultante muestra una radiografía detallada de la mina. Los datos se almacenan junto con la localización geoespacial y las mediciones de gases, lo que facilita la toma de decisiones en tiempo real.
La prueba en una mina de Durango
Para validar su prototipo, las creadoras llevaron el rover a una mina en Durango, donde comprobaron su autonomía a 30 kilómetros de profundidad, un entorno sin señal GPS ni acceso a internet.
“Dentro de la mina no hay comunicación alguna. Por eso, el rover debía ser totalmente autónomo”, explicó Gallo Meneses. El reto tecnológico fue inmenso, pero el resultado superó sus expectativas: el robot logró mapear zonas críticas sin exponer a ningún trabajador.
Un entrenamiento con más de 13 mil imágenes
Las estudiantes entrenaron la red neuronal con más de 13,000 imágenes obtenidas tanto en minas reales como en maquetas construidas para pruebas. El aprendizaje profundo del sistema le permite reconocer condiciones peligrosas, diferenciar tipos de rocas y alertar sobre posibles colapsos estructurales.
“El mapa del robot sólo muestra puntos y cuadros, pero cuando se procesa en la estación base, revela un modelo completo con fracturas, zonas de derrumbe y charcos de agua”, explicó Salazar Jiménez.
Tecnología mexicana para una minería más segura
Aunque existen tecnologías extranjeras para la inspección minera, muchas son costosas y requieren intervención humana. El rover del IPN, en cambio, es económico, autónomo y diseñado para operar sin supervisión directa, reduciendo el riesgo humano al mínimo.
Por ahora, las estudiantes no planean patentar su invento. Prefieren seguir perfeccionando sus aplicaciones industriales y expandir su impacto en otras áreas, como la exploración geológica y la protección ambiental.
Un futuro con sello mexicano
El proyecto representa una muestra del talento y compromiso de la juventud mexicana con la innovación científica. En un país con una fuerte tradición minera, este avance tecnológico podría marcar el inicio de una nueva era de seguridad laboral.
“Sin duda, este rover es un paso hacia una minería más humana, donde la tecnología protege lo más valioso: la vida”, concluyó el comunicado del IPN.


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